Un día vas a trabajar, pero cuando vuelves ya no reconoces tu calle ni tu casa. Un día arrancas el coche pero al volver será pasto del fango. Además de la ira, la frustración y el miedo, que tantas personas han sufrido en las últimas semanas, poco después de la catarsis climática, llegó la humanitaria. Miles de personas intentando aportar su granito de arena para ayudar a tantos damnificados por la peor Dana de la historia en la Comunidad Valenciana. Es habitual en las crisis, pero incluso bien intencionada, toda ayuda debe tener medida y control, especialmente en el apoyo psicológico. Si no, "podemos hacernos daño y hacérselo a los demás".
Redacción CEF.- UDIMA