Un libro para cambiar la "visión desfasada" de la psicopedagogía y donde "el profesor es la clave"

Mié, 13/03/2024

Hablamos con David Domínguez Pérez, profesor de la UDIMA y autor del libro Orientación psicopedagógica para docentes, que se presenta el próximo 17 de abril en la sede principal del Grupo CEF.- UDIMA de Madrid y a través de streaming. Docente, entre otros, del Grado en Magisterio en Educación Infantil y en Educación Primaria, forma parte también del claustro del Máster Universitario en Psicopedagogía de la UDIMA.

Redacción UDIMA Media

El manual que presenta nace de la convicción de que formar al profesorado es clave para crear entornos educativos inclusivos y para dar respuesta a la diversidad presente en las aulas. Especialmente diseñado para futuros especialistas en pedagogía terapéutica y profesionales de la educación, su obra ofrece una visión integral de la orientación psicopedagógica y su impacto en la práctica educativa.

  • ¿Han cambiado los alumnos en el entorno educativo o nos hemos dado cuenta de que los docentes pueden o deben afrontar de manera diferente su atención académica?

La sociedad ha cambiado en líneas generales y el sistema educativo debe cambiar en función de las necesidades de la sociedad. Particularmente los alumnos de hoy no son los alumnos de ayer y no son los alumnos que tendremos mañana. Las necesidades que presentan hoy los alumnos o, mejor dicho, la comunidad educativa (es decir, alumnos, padres y profesorado) son distintas a las que teníamos hace unos años. Por ello los profesionales de la educación debemos afrontar las situaciones de forma distinta a como lo hacíamos hace unos años, y seguramente será una forma de hacerlo distinta a cómo la haremos en otros tantos. La orientación psicopedagógica es dinámica y debe actualizarse y adaptarse a las necesidades de cada momento y cada situación. 

  • ¿A quién está orientado el libro y cuál es su finalidad?

Es un libro útil para cualquier agente de la orientación psicopedagógica y esto hace alusión a quiénes son esos agentes; los profesionales del ámbito educativo principalmente: orientadores, profesorado, tutores y otros agentes educativos. Sí es cierto que el enfoque que he dado al libro está ajustado al perfil de orientadores y especialistas en pedagogía terapéutica. Considero que se desconoce o se tiene una concepción, podría decir, desfasada de qué es la orientación psicopedagógica. Por ello lo que pretendo con este libro es tener una visión y concepción actual con un enfoque sobre todo preventivo y de desarrollo, donde la orientación se lleva a cabo de forma colaborativa y atendiendo a las diferencias individuales. 

  • ¿Qué entiendes por una educación inclusiva? ¿Qué papel juegan en ella el psicopedagogo y el docente?

La educación inclusiva es y debe ser la estrategia seguida para conseguir la normalización. El principio básico de la educación inclusiva es que las diferencias son enriquecedoras y debemos aprender de ellas. Podemos decir que es un paso más a la integración escolar. También hace referencia a equidad y no sólo a compartir el mismo espacio educativo, sino a tener las mismas oportunidades, el mismo currículo abierto a que se realicen adecuaciones organizativas y metodológicas. 

En este enfoque de la educación inclusiva la pieza clave en los centros educativos es el profesorado, son ellos los primeros que deben conocer qué es la inclusión y por supuesto ser uno de sus principios fundamentales. El profesorado es el encargado de que se cumpla en sus aulas este principio de educación inclusiva y equitativa. El orientador /psicopedagogo es un apoyo, un consultor, un asesor, que le ayuda, le orienta, le aconseja, le sugiere, le acompaña; pero el profesor es el responsable y la pieza clave. 

  • ¿Qué diferencias hay entre intervención, evaluación y orientación psicopedagógica?

Pues son tres términos que están unidos y que son inherentes entre sí. 

En primer lugar se ha escrito bastante sobre la distinción entre el término intervención psicopedagógica y orientación psicopedagógica. Por un lado encontramos autores de referencia que consideran que son conceptos distintos y para otros significan lo mismo. Yo me quedo con que podemos usar indistintamente los dos términos, aunque es cierto que aquellos profesionales con una formación más psicológica prefieren usar el término intervención y aquellos con una formación más pedagógica suelen priorizar el término orientación. 

El término evaluación va también unido y en el manual nos centramos en evaluación psicopedagógica, que no es lo mismo exactamente que evaluación entendida como 'medición'. La evaluación psicopedagógica conlleva medición pero es un paso más, ya que es la emisión de un juicio con una finalidad última que es la de orientar y poder ofrecer asesoramiento e intervención para dar respuesta a las necesidades que tienen los alumnos, la familia, y en definitiva, la comunidad educativa.

  • Brevemente, por no pisarte la presentación del libro. ¿De dónde venimos y a dónde vamos en este ámbito?

Venimos de una concepción tradicional vinculada mayormente con la orientación vocacional-profesional, debemos entender que el origen de la orientación psicopedagógica se encuentra en ese ámbito. A lo largo del siglo XX ha ido desarrollándose (afortunadamente) partiendo de un enfoque principalmente clínico, remedial y terapéutico, a uno centrado en otras áreas como la prevención y el desarrollo, la atención a la diversidad y un marcado carácter preventivo y grupal, donde la orientación psicopedagógica se integra en el currículo escolar. Es decir, la orientación psicopedagógica ya no se centra exclusivamente en casos problema, sino que busca anticiparse y llegar a todos a lo largo de todo el ciclo vital. 

  • ¿Cómo se organiza la orientación psicopedagógica en el sistema educativo?

La orientación está organizada atendiendo a un modelo institucional, aunque cada comunidad autónoma lo ha adaptado y ha variado en función de sus necesidades. Este modelo queda estructurado en tres niveles, que van desde el nivel más cercano al alumno (la acción tutorial) hasta el nivel más externo tanto al alumnado como a los centros, que son los equipos específicos de orientación educativa y psicopedagógica, que atienden bajo demanda con un alto grado de especialización para ofrecer asesoramiento e intervención especializada en el ámbito de las necesidades educativas especiales. 

  • ¿Qué puede o debería mejorar a tu juicio y por qué es importante?

En mi opinión es prioritario la inversión en recursos y sobre todo recursos humanos. Se debe garantizar que cada centro educativo cuente con profesionales del ámbito psicopedagógico de forma interna, es decir, que pertenezcan a la plantilla del propio centro. Esto permite un mayor conocimiento de las necesidades del centro, y de sus alumnos y familias, y por consiguiente una mayor individualización del proceso de enseñanza-aprendizaje, garantizando así los principios de normalización e inclusión educativa. 

  • En los últimos tiempos muchos docentes han criticado cierto intrusismo de la psicopedagogía en su profesión, percibiendo que se les dice cómo deben hacer su trabajo. ¿Qué crees que ha fallado en esa labor de introducción de la psicopedagogía en el sistema educativo y qué se puede hacer para remar todos en la misma dirección?

Creo que fue consecuencia del planteamiento tradicional de la orientación psicopedagógica, donde principalmente el especialista (normalmente psicólogo y algunos pedagogos) actuaban bajo el modelo clínico como especialistas y máxima autoridad, dándose una relación asimétrica entre docente y orientador.

El profesorado percibía (como bien comentas) cierto intrusismo y no entendían cómo una persona externa venía a decir qué le ocurría a un alumno y cómo debía actuar el profesorado… Afortunadamente, hoy en día predomina el trabajo colaborativo de todos los agentes de la orientación psicopedagógica (orientadores, profesorado y otros agentes) y el profesorado ve al orientador como un recurso y un profesional que le va a ayudar; le va a asesorar con el fin de satisfacer las necesidades de sus alumnos y sus familias.

  • El proceso de evaluación psicopedagógica tiene como resultado un informe que realiza el psicólogo-pedagogo que ejerce como orientador, pero ¿qué papel juega el profesorado en este informe? ¿por qué se le da tanta importancia en el manual?

Es cierto que es competencia del orientador la realización y firma del informe que (como comentas) es fruto del proceso de evaluación psicopedagógica, pero el profesorado debe ser capaz de interpretar y comprender la información que aparece en ese informe. En él se recoge todo el proceso de investigación (evaluación) seguido y se ofrecen las pautas y orientaciones que desde el contexto educativo y familiar deben seguirse para dar respuesta a las necesidades del alumno. Por ello es fundamental que el profesorado interprete dicho informe para poner en práctica las actuaciones pertinentes desde el aula.

  • ¿Qué puedes avanzar de los casos prácticos de orientación y evaluación psicopedagógica que recoge el libro?

Considero fundamental que un manual universitario como este, muestre la relación entre teoría y práctica. En muchas ocasiones los estudiantes universitarios manifiestan que existe cierta brecha entre lo que aprenden en la universidad y la realidad profesional. Basándome en mi experiencia profesional (pues he incluido distintos casos reales con los que he trabajado y que ilustran los distintos contenidos que abordo en el manual), creo que ayudará a comprender y dar sentido a las distintas unidades abordadas. 

  • ¿Qué esperas que aporte el libro a los docentes?

Sobre todo acercar al profesorado (de cualquier etapa educativa y sobre todo de aquel que está en su formación inicial), a la realidad de los centros educativos y cómo, de forma colaborativa, todos los agentes de la orientación (en la que están incluidos los profesores), trabajamos con el fin de dar respuesta a las distintas situaciones que surgen en el contexto educativo para atender las diferencias individuales presentes en la escuela.