Los tratados de paz en una Edad Media no tan violenta como aparenta

Mié, 12/07/2023

Sobre esa realidad no tan conocida, la de que la Edad Media no fue una etapa histórica violenta y encadenada a una sucesión de conflictos bélicos, gira la entrada de Esther Pascua Echegaray en la Routledge Resources Online – Medieval Studies, una nueva enciclopedia que ya contiene más de 400 entradas sobre un amplio elenco de temas de Historia Medieval y que ha convocado a expertos autores de muy diversos países.

Redacción UDIMA Media

La obra está organizada por temas (política, religión, economía, sociedad, y teoría histórica, método e historiografía); por periodos (cada siglo) y por regiones. Pascua Echegaray, profesora en el Grado en Historia de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, y decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, participa en esta nueva enciclopedia online con una entrada sobre tratados de paz en la Edad Media desde el año 1000 al 1500. Su artículo es un recorrido por las formas de establecer la paz durante tan largo período.

Como explica a UDIMA Media, “el estereotipo que tenemos de la Edad Media es el de una época violenta y de guerra entre los señores feudales”, pero con matices. Así, los procesos de establecimiento de la paz eran fundamentales, ya que, recuerda, “estamos en unos siglos en los que en Europa no había sistemas de derecho internacional ni instituciones de arbitraje entre los reinos”.

Empleando un análisis de corte antropológico, el artículo presenta la “naturaleza solemne y ritualizada” de estos encuentros: se buscaban lugares naturales especiales, estaban presentes miembros del clero, la nobleza y el pueblo. Los gestos, juramentos, banquetes, discursos, enlaces matrimoniales y celebraciones como torneos y justas “eran una forma de convivencia que permitía establecer vínculos personales entre los rivales”.

Esta expresión del pacto de tipo no formal, explica la doctora Pascua Echegaray, “evolucionó mucho a lo largo del período mostrando los distintos poderes medievales una poderosa capacidad para sistematizar y regular las formas de acordar la paz”.

De este modo, desde el siglo XII aparecen comisiones que representan a los reyes, se cambian rehenes que garanticen la paz, se imponen penas sobre quienes incumplan las treguas y se dejan por escrito las cláusulas de los acuerdos (castillos de frontera, hijos y nobles que cambian de corte).

Lo más interesante, subraya la investigadora de la UDIMA, es que en un proceso complejo y no lineal, los monarcas consiguieron adscribir a la autónoma nobleza a sus territorios y a sus cortes por medio de los compromisos que los implicaban en estos tratados de paz. “Para el siglo XV, los perfiles de los principales reinos, que hoy en día conforman los países que conocemos, estaban ya insinuados”, concluye.