Redes de cooperación: Cibersubsidiariedad como estrategia frente a retos globales como el clima o las pandemias

El COVID19 ha demostrado tanto importantísimas fragilidades como muy significativas fortalezas de la cooperación humana de la que podemos extraer provechosas consecuencias. La acción humana, en general, puede visualizarse mediante redes de agentes que interactuan intercambiando información y materia. Desde ese punto de vista, toda acción humana entraña una cierta co-operación, sin embargo, el que cualifiquemos un tipo de acción como cooperativa o de otro tipo depende de la distribución de los nodos de la red en los que se toman decisiones respecto a la acción colectiva. La topología de la red es un factor determinante para que la acción colectiva más caracterizada por la subbordinación o por la cooperación. Se observará como la red socioeconómica global tiene una características topológicas que conducen a la subbordinación, pero que mediante una aplicación extensa del principio de subsidiareidad (en sentido positivo) la misma topología permitiría el establecimiento de extensas redes de cooperación. No obstante, eso supondría una distribución extensa de los nodos de decisión y un flujo de información muy distinto al que propugna el big data. En su lugar se argumenta como un modelo de cibersubsidiareidad podría ser la respuesta al establecimiento de una sociedad de la información global y sostenible soportada por amplias redes de cooperación.