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Contra el cibercrimen deben actuar juntos universidades, gobiernos y empresas
Mié, 21/06/2017
Juan Luis Rubio y Ángel García Collantes (Redacción: Luis Miguel Belda. Fotografías: LMB y Juan Luis Rubio)
Ángel García Collantes, en la IDG Security Day
El director de la Cátedra de Análisis de Conducta UDIMA-Behavior & Law y profesor del Grado de Criminología de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Ángel García Collantes, manifestó este miércoles que no hay mejor modo de combatir el cibercrimen que sumando esfuerzos entre las universidades, las administraciones públicas y las empresas.
En el marco del IDG Security Day, un evento que se celebra simultáneamente en los cinco continentes y que en Madrid, de la mano de Marlon Molina, tuvo lugar en el hotel Villamagna, García Collantes defendió la necesidad de la colaboración entre las partes: “Por un lado”, dijo, “la Universidad tiene la capacidad de obtener y poner en práctica los medios de trabajo o investigaciones que sean necesarios para mitigar o solucionar cualquier problema planteado por los demás actores. La administración”, por su parte, “tiene la de poner los medios legales para corregir cualquier disfunción entre el medio artificial y el medio real”, mientras que “las empresas tienen de plantear nuevos retos o soluciones a problemas producidos en el ciberespacio”.
En su intervención como ponente en la Mesa Redonda ‘Manteniendo las defensas en la tercera plataforma’, el profesor de la UDIMA afirmó que, dentro de sus respectivas competencias, la suma de las tres partes “es el medio ideal para obtener resultados dirigidos a formar a los alumnos de las universidades” en la materia.
En este sentido, trajo a colación el Máster de Análisis de Conducta que imparte la UDIMA, en cuyo seno hay una asignatura de técnicas de investigación y análisis en ciberdelincuencia que dota al alumno de las capacidades necesarias para poder llevar un análisis y búsquedas de evidencias criminales en el ciberespacio.
Por otra parte, destacó que actualmente en la Universidad se están generando sistemas de estudios novedosos encaminados a la prevención de la criminalidad dentro del ciberespacio, “de tal forma que se puedan sensibilizar todos los actores que tengan algo que ver dentro del mundo público empresarial”.
Además, subrayó, dentro del proyecto H2020 a nivel europeo se está potenciando la I+D+i para desarrollar nuevos protocolos y diseños en busca de un ciberespacio más seguro. “Esta tecnología obsoleta”, indicó, “tendrá que ir actualizándose para evitar ataques de alta tecnología como el del pasado 12 de mayo por el malware WannaCry, que afectó de manera global a todos los equipos que no estaban actualizados y obsoletos”.
En este evento, al que también asistió el titular del Vicerrectorado de Universidad-Empresa de la UDIMA, Juan Luis Rubio, el director general del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), Alberto Hernández, avisó que la ciberguerra no es cosa del futuro, “ya es presente”, y recordó los 115.252 ataques cibernéticos registrados en España durante 2016, de los que 110.293 afectaron a empresas y particulares.
Cifra que será superior al final del presente ejercicio, a la luz del dato que indica que hasta el pasado mes de mayo el número de ataques en la Red fue de 58.780.
Por tipos, en 2016 los ataques cibernéticos fueron 76.811 como resultado de virus, troyanos, gusanos y spyware; 14.373 de acceso no autorizado; 11.843 por fraude; 10.279 por spam; 1.038 de origen diverso; 495 por denegación de servicio; 381 escaneos de Red y 37 por robo de información. Hernández destacó, de entre todos, los vinculados con fraudes, que causaron alrededor de 1 millón de euros en pérdidas.
En opinión del responsable del INCIBE, “todavía hay una falta de conocimiento de lo que es en realidad la ciberseguridad”, es decir, “aún no existe la adecuada cultura de prevención” para evitar previsibles futuros ataques. A eso se añade, lamentó, que “no es frecuente” el intercambio de información entre los afectados por ataques, ya que “el afectado no suele comunicar a nadie que ha sido infectado”. De lo contrario, se podría obtener información que prevendría ataques similares a otros recursos.