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La UDIMA y la ANCED crean Refuskills para la inserción laboral de los refugiados
Jue, 22/11/2018
Foto de familia de la presentación del proyecto Refuskills, con representantes de ANCED y UDIMA.
Cientos de personas llegan cada día a las fronteras europeas, donde se enfrentan a la incertidumbre de ser protegidas de la mala situación de sus países de origen por parte de los receptores. Quienes consiguen la concesión del estatuto de refugiado tienen que lidiar con las dificultades para encontrar un empleo o formación para sobrevivir en su nueva vida. Ante este problema, la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), la Asociación Nacional de Centros de e-Learning y Distancia (ANCED) y otros 10 socios europeos han impulsado Refuskills.
Se trata, en palabras de Jorge Azcárate, de la “adaptación de una plataforma de reconocimiento y validación de competencias a las necesidades de los refugiados con la que se pretende que estos vean reconocidas sus habilidades y competencias para mejorar su empleabilidad y movilidad laboral”. El presidente de ANCED describió sus objetivos en el acto de presentación celebrado en la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). A él asistió Ana Landeta en calidad de miembro de la ANCED y directora de Innovación de la UDIMA.
Según citó Azcárate, con Refuskills se pretende crear un “mecanismo fácil de utilizar que dé a los refugiados la oportunidad de documentar sus habilidades y competencias en su idioma” para que accedan a formación y empleo más fácilmente y ayudar a los países receptores para que identifiquen mejor las cualidades de los refugiados. También se busca agilizar el proceso de la solicitud de asilo. El proyecto, así mismo, “explora la posibilidad de utilizar un pasaporte de refugiado que establezca una base de competencias basadas en resultados de aprendizaje”, explicó.
La herramienta se basa en una página web (y previsiblemente futura aplicación móvil) en la que los refugiados especifican y ven reconocidas y evaluadas su formación y sus capacidades. De esta manera es más sencillo identificar sus competencias y los posibles empleos o carreras que podrían realizar. A través de preguntas y tests, se analizan su “capacidad para aprender, de comunicación, para trabajar en equipo, para resolver problemas, su creatividad y capacidad para innovar, de autogestión y competencias digitales”, enumeró Leif Eriksson.
El coordinador del proyecto y miembro de NTIM expuso cómo, a raíz de los datos guardados, se identifican las profesiones relevantes o más demandadas para ellos. Como punto de partida, se enmarca a los refugiados como oficinistas, personal de ventas, cocineros, camareros, soldadores, o peluqueros, citó. A la hora de “identificar y acreditar las competencias y validar la formación”, hay que llevar a cabo “todo un proceso de evaluación” que finaliza con la integración en el mercado laboral, señaló Ulla Sever.
Este se encuentra, no obstante, con la “dificultad de demostrar la calidad de cada país”, apuntó la miembro de BFI Wien. “¿Cómo comparar estándares de educación diferentes?”, se preguntó la austriaca. Para facilitar la orientación académica de los jóvenes refugiados y ayudar a los mentores en su tarea, Refuskills se apoya también en RefuNEET. La herramienta se estima necesaria si se tiene en cuenta que en el último año el perfil de los refugiados se ha situado en personas de entre 18 y 35 años, expuso María de Zabala, representante de ACNUR.
A pesar de que, señaló De Zabala, el “origen socio-económico muy diverso” de los refugiados dificulta el acceso al empleo, Eriksson se mostró optimista con Refuskills. “Juntos, puede que encontremos soluciones interesantes”, declaró. Landeta, por su parte, se mostró visiblemente emocionada en la clausura del acto. “Es un proyecto especial que hemos hecho con nuestros corazones”, recordó. “Ha resultado ser una gran experiencia y un gran aprendizaje”, finalizó.