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"El fútbol ha sido mi pasión desde que di mis primeros pasos"
Vie, 15/07/2016
Felicidad López es jugadora profesional de fútbol y, al mismo tiempo, estudiante del Grado en Magisterio de Educación Primaria en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). A sus 23 años, la joven de Santurtzi (Vizcaya) se define como una persona «constante, responsable y divertida».
Pregunta. ¿Cuándo te diste cuenta de que el fútbol era tu pasión?
Respuesta. El fútbol ha sido mi pasión desde que di mis primeros pasos. Siempre he tenido un balón en los pies. Me llevaba el balón y unas playeras a todas partes: bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, etc., me daba igual el sitio o la ropa que tuviese que llevar. Me cambiaba en cuanto acababa el evento y, sola o acompañada, me ponía a jugar al fútbol.
P. ¿Por qué decidiste estudiar en la UDIMA?
R. La verdad es que yo siempre quise ser profesora. Cuando leí el programa de la UDIMA, su página web y las opiniones de algunos alumnos me convenció y por eso decidí estudiar aquí. Y la verdad, no me equivocaba. Se trabaja mucho y los profesores son grandes profesionales, se ocupan y se preocupan de que aprendas y son, en muchas ocasiones, bastante exigentes.
P. ¿Cómo te organizas para compaginar los estudios con tu carrera deportiva?
R. Cuando realmente me vi apurada para compaginar mis estudios con el fútbol fue al comienzo de la universidad, con la primera carrera. Los dos años anteriores había estado jugando en el Athletic Club B femenino, en la categoría nacional, y era mucha la exigencia que pedían. Durante los cursos de bachillerato, a pesar de que había mucho trabajo, fui capaz de compaginarlo, con esfuerzo y saliendo muy poco de casa; el tiempo de ocio era reducido.
Cuando eres chica y sabes que el fútbol a día de hoy no te va a dar de comer aunque seas una fuera de serie, tienes que tomar decisiones difíciles, teniendo en cuenta el futuro y no solo el presente. Así que, con todo el dolor del mundo, tuve que abandonar el Athletic, pero no dejé el fútbol. Volví a mi equipo de siempre (el Peña Athletic), con el que dos años después estaba jugando ya en la Liga Vasca (equivaldría a una tercera división). Así que en los cursos de tercero y cuarto de carrera también tuve que aprender de nuevo a compaginarlos con el fútbol. Otra vez poco tiempo libre, más exigencia, tanto física como mental, más compromiso… pero no me importaba. Volvía a competir en alto nivel y eso lo compensaba todo. Fueron dos años increíbles.
P. Y en época de exámenes, ¿cómo lo haces?
R. En época de exámenes tanto en el Athletic como en el Peña tenía que hacer serios esfuerzos por sacar las cosas adelante. Pero a mí me ayudaba poder ir a entrenar y jugar partidos los fines de semana para distraerme, para desconectar. Pocas veces el fútbol ha supuesto un agobio para mí. Ha habido épocas peores pero, en general, el esfuerzo y las pocas horas de sueño merecían la pena si cada fin de semana saltaba al campo a jugar un nuevo partido.
P. De tu carrera deportiva, ¿con qué momento te quedas?
R. Es difícil elegir un momento. La experiencia en el Athletic fue enriquecedora. Pero si tengo que elegir un momento concreto, elegiría el partido de copa que jugué con el Peña contra un equipo de categoría superior. Fue un partido muy emocionante, finalmente perdimos, pero nadie se esperaba que plantásemos cara a ese equipo de aquella manera. Nunca lo olvidaré, no solo porque me sentí muy orgullosa de mi equipo, sino porque me sentí muy orgullosa de mí, tiré del equipo y marqué los tres goles que casi nos dan la victoria, uno jugando en casa y dos jugando fuera. Ese día fue muy especial y a pesar de la derrota me encantaría volver a vivirlo porque esa sensación es espectacular.
P. Y ahora, ¿cuál es próximo reto al que te enfrentas?
R. Este año me enfrenté al gran reto de cambiar el fútbol 11 por fútbol sala. Parece una tontería pero cuando has competido en altos niveles y tienes ya unas costumbres y un modo de juego, es difícil olvidar todo eso y ponerte a jugar en un campo que mide la cuarta parte y con técnicas, estrategias y reglas muy distintas. Está siendo una experiencia muy bonita, sobre todo por la calidad humana de mis compañeras.
Mi reto será a lo largo de los próximos años que, a pesar del trabajo o de los estudios, siempre haya un hueco para el fútbol. Será un reto que vivirá conmigo hasta que mi cuerpo diga ¡basta!
P. ¿Tienes alguna manía especial antes de empezar un partido?
R. Necesito escuchar música antes de saltar al campo, las veces que no he podido hacerlo he salido como dormida, poco enchufada y me ha costado más meterme dentro del partido. La música es otra de mis pasiones, así que, antes de jugar un partido, escuchar una canción me activa y me da la energía que necesito para salir a darlo todo.
P. ¿Qué consejo darías a los jóvenes que, como tú, compaginan los estudios con su carrera deportiva profesional?
R. El mejor consejo que puedo darles es que peleen por ser felices y si lo que les hace felices es el deporte, que nunca lo abandonen. Si las circunstancias de la vida les ponen obstáculos, que no se rindan, que luchen por encontrar la manera de hacer lo que les gusta.
Muchas chicas, como me ocurrió a mí, han tenido que afrontar la realidad de que en este país el fútbol femenino no da de comer y que no le pueden dedicar el 100% de su tiempo, pero aun así no abandonan, pelean e invierten el máximo tiempo posible en su pasión. ¿Por qué? Porque eso nos hace felices, por la sensación que te entra cuando saltas al campo, cuando marcas un gol, cuando te sale una jugada increíble… todo eso no se paga con dinero. Eso es amor al arte.
P. Después de este tiempo estudiando en nuestra universidad, ¿volverías a elegirnos?
R. De momento estoy contenta, sobre todo porque lo que quería era ver que la carrera de Educación se tomaba en serio y se le daba la importancia que se le tiene que dar. Los temarios son muy completos y los profesores muy profesionales. Creo que voy a salir bien formada y preparada, y eso es lo importante.