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La UDIMA acoge la jornada 'Asesinos en Serie: Tipologías y Caracteres del Siglo XXI'
Sáb, 15/06/2019
La criminóloga y abogada Beatriz de Vicente durante la jornada en Villalba.
Beatriz de Vicente asegura primero que lo hace desde una perspectiva profesional. Después dice: "Soy una gran compiladora de material bizarro". Abogada penalista en ejercicio y criminóloga, De Vicente ha logrado reunir algunos de los trazos más siniestros del comportamiento humano. Las pruebas visuales de asesinos en serie. "Hombres que cazan hombres". La Doctoranda en Criminología ha sido la encargada de dirigir este sábado la jornada 'Asesinos en Serie: Tipologías y Caracteres del Siglo XXI'. Un espacio organizado por la Cátedra de Análisis de la Conducta de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, y la Fundación Universitaria Behavior & Law.
Celebrada en el Campus de UDIMA en Collado Villalba, la cita ha abordado la revisión de los principales estudios y casos de asesinos en serie en lo que llevamos de milenio. Todo para exponer de una manera realista y pragmática la perfilación de los "depredadores del siglo XXI", como los ha definido De Vicente. Al acto también ha acudido el director de la Cátedra Análisis de Conducta, Ángel García Collantes, que también es profesor del Máster Universitario en Análisis e Investigación Criminal.
La profesora de Criminología en la Universidad Camilo José Cela ha repasado los elementos principales de los perfiles de asesinos seriales. A continuación ha ilustrado al menos 27 casos que se han investigado en los últimos años, incluso en las pasadas semanas. Desde caníbales gastronómicos hasta gerontofóbicos con brutales casos de homicidios violentos, pasando por grupos adolescentes de vídeo snaff. La criminóloga ha desgranado cómo actúan, como piensan, cuáles son sus motivaciones e incluso las fases por las que pasan durante el proceso asesino. Después nos lo ha mostrado.
Lo primero que ha convenido De Vicente es diferenciar a los asesinos seriales del resto de homicidas múltiples, o "multicidas". Hay muchos tipos de multicidas, entre los que están también los sicarios, que no se pueden considerar asesinos en serie. La principal diferencia del serial respecto al sicario son "los periodos de calma o enfriamiento". Lapsos de tiempo entre los asesinatos que pueden ir desde días hasta meses, y raramente años, según desgranó. Eso y, claro está, su mecánica y sus movimientos. Locales o merodeadores; itinerantes; oportunistas; caseros; y "los más jodidos, los mixtos", ha confesado la letrada.
Después ha querido aclarar también qué dos tipos de violencia existen en estos casos: instrumental (para conseguir algo) y expresiva (que "excede la necesidad y refleja el estado psicológico y anímico, las fantasías" del autor. Por ejemplo, "alguien que muerde una cara, la desfigura, reflejando, furia, rabia...", ha comentado la criminóloga.
El perfil del asesino suele ser: familia disfuncional, infancia terrible y a menudo problemas mentales. "Repiten conductas traumáticas" en las que el autor es quien "cambia a ser el dominador" de una situación concreta, abundó De Vicente. Y suele ser un hombre enfadado de entre 25 y 45 años, que culpa a los demás, y que ataca en su entorno laboral, escolar o familiar. Un ejemplo: un hombre con este historial que les cortó la cabeza a su madre y sus hermanas y practicaba felaciones con las cabezas. Luego las enterraba.
No obstante, ni todo asesino en serie es un psicópata ni de todo enfermo mental puede darse lugar a un asesino serial. Y "hay muchos más", ha asegurado la letrada del Turno de Oficio. Menores, mayores, en grupo... Muchos tipos diferentes desde que se empieza a hablar de ellos en los años 80 en EE.UU.. De Vicente ha presentado una clasificación respaldada por los expertos de hoy en día: "planificadores, impulsivos y mixtos", según su organización y desarrollo de los crímenes. Los seriales "no son habituales; son más bien raros", ha aclarado. Eso sí, "hay una regla genérica, matan a tres o más personas en espacios geográficos distintos y en lapsos temporales diferenciados".
Por otro lado, uno de los rasgos más clarificadores para hacer el perfil de estos asesinos desde una técnica deductiva (que se hace a raíz de un caso y sus pruebas circunstanciales) es la motivación. Los hay misioneros (con un objetivo superior, como "hay que limpiar las calles"); visionarios; vengativos (a una afrenta real o irreal); sexuales (a menudo con parafilias); poderosos (con mucho poder y poca ansiedad, opuestos a los torturadores); hedonistas (que simplemente buscan saber "qué se siente" y que "están aumentando en el siglo XXI", ha señalado la abogada); por conveniencia; lucrativos; y los buscadores de fama.
Todos ellos estaban perfectamente representados en su "galería de los horrores", que ha mostrado a los asistentes, no sin antes cerciorarse de la voluntad del público para ello. Según ha explicado, la mayor concentración actual de asesinos en serie está "en el mundo anglosajón". "Hay una cultura casi pop de los asesinos en serie. No hay más que en toda África o Asia, pero sea hace más visible", ha aclarado. Violaciones, secuestros, torturas, mutilaciones, parafilias sexuales...
Algo que se adereza además con esa cultura que vanagloria a estos personajes en el mundo anglosajón. Todo un merchandising de las figuras de los asesinos en serie más famosos. Figuras, camisetas, muñecos, relojes, caramelos… todo con caras de los asesinos como reclamo. Hasta pelos púbicos o uñas de los asesinos como trofeos por los que "mucha gente paga dinero", ha clamado De Vicente. "Eso es lo peor". "Si en EEUU eres un asesino en serie, puedes conseguir que pongan tu cara en los sellos, o en latas de conserva", como ha ilustrado la criminóloga con casos como el de Ted Bundy.