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La Comunicación en España es “muy buena”, pese a la crisis, según Javier Esparza
周二, 09/12/2014
Javier Esparza, uno de los más reconocidos expertos en Consultoría de Imagen Corporativa e Institucional, afirma en los ‘Encuentros Digitales’ de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), que, actualmente, la Comunicación que se desarrolla en España es “muy buena”, pese a que la crisis también ha dejado su huella, en particular, en forma de más presiones sobre los profesionales que la ejercen.
Esparza, exdirector de Comunicación del Ministerio de Justicia en el primer Gobierno de José María Aznar, y, entre otras muchas funciones, asesor de Prensa, por ejemplo, de Manuel Fraga o Alberto Ruiz-Gallardón, explica, a preguntas de Luis Miguel Belda, profesor de Periodismo de UDIMA, que, aunque en España “se hace buena comunicación y hay muy buenos profesionales”, no menos cierto es que la propia crisis “ha condicionado su desarrollo, quizás más objetivo y profesional, porque hay más presiones económicas y políticas para que se cuenten las cosas de determinada manera que no se corresponden siempre con la realidad”. Con todo, matiza, “hay muy buena comunicación, comunicación informativa y, por supuesto, muy buena publicidad”.
Preguntado por cómo debe ser la relación entre un jefe prensa o director de comunicación y el periodista, opina que, “en un mundo ideal, esta debe basarse en la profesionalidad y la confianza”. A partir de la premisa de que el jefe de prensa debe ofrecer información “lo más veraz posible y el periodista debe hacer una noticia de esa información, si esta no es interesante, difícilmente se podrá hacer una noticia”. Por ello, estima, “se trata de trabajar con la mayor honestidad y profesionalidad posible, siendo conscientes de que uno y otro se deben a quien le paga”.
En este contexto, advierte que “intentar engañar al periodista es lo peor que se puede hacer”. En su opinión, “es mucho mejor decir que ‘no puedo hablar de esto’ que intentar, como se dice coloquialmente, ‘vender una manta de Palencia’. No pasa nada por decir que no”. Al periodista, agrega, se le puede decir: “Ahora no puede ser, te daré la información más adelante”, pero esto, se lamenta, “todavía es difícil de asimilar, no tanto por los departamentos de Comunicación, como por los responsables de las empresas de los que dependen esos departamentos de Comunicación”.
De su experiencia como Dircom de la primera mujer ministra de Justicia en la historia de España, Margarita Mariscal de Gante, y, en general, como una pieza más del equipo que lideró Miguel Ángel Rodríguez para el primer Gobierno de José María Aznar, reconoció que casi “todos los que formamos parte, con mayor o menor experiencia, éramos bastantes noveles en esta labores de gobierno y, por lo tanto, el reto era aún mayor”.
Admitió al respecto que, en algunos casos, “pecamos de una cierta ingenuidad, sobre todo al principio. Los medios ya estaban ahí cuando llegamos y, probablemente, cometimos errores, pero también aciertos. En la parte que me tocó vivir, el mundo de la información jurídica y judicial”, indicó, “fue bastante intenso y, a veces, saber no manipular los tiempos de las informaciones, no tanto los contenidos, fue la parte más intensa”.
De Gallardón a Rajoy, pasando por Sánchez e Iglesias
En virtud de su dilatada experiencia como asesor, pero en particular por su cercanía personal, Esparza rechaza que la dimisión a la que se vio abocado Alberto Ruiz-Gallardón como ministro de Justicia no se explica tanto en un fallo de comunicación de su departamento, por no saber supuestamente trasladar a la opinión pública su gestión, y, ni mucho menos, del propio titular, curtido en esta materia.
“Al contrario”, enjuicia, “ha sido una comunicación absolutamente medida desde la Moncloa, donde se dejó crear un estado de opinión e información que generó una cierta confusión, que, a su vez, dio a entender que aquí han fallado los resortes de la comunicación, pero me atrevería a asegurar que, en ningún caso, el fallo estuvo en la comunicación del Ministerio”. Esparza resalta que, “si alguna virtud tiene Gallardón es la disciplina, y llegó un momento en que entendió que era el momento” de abandonar el Gobierno. En conclusión, en su opinión, tras la dimisión de Ruiz-Gallardón, “hay un trasfondo más político que de comunicación”.
Por último, interpelado por algunas personalidades políticas en lo que concierne a la Comunicación, señala de la recién dimitida ministra de Sanidad Ana Mato que en la crisis del ébola “adoptó una posición de negar la evidencia, ni estaba ni se la esperaba”. Del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, opina que el contenido de sus mensajes es “correcto y de libro”, aunque en la forma “no lo borda”. A su juicio, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, “es un monstruo de la comunicación, que comunica con bastante firmeza y seguridad”, en tanto que del ministro de Educación, José Ignacio Wert, cree que “le ha tocado bailar con la más fea”, además de que “no lo ha hecho de la mejor manera: ha sido demasiado agresivo en el fondo y en la forma, y un ejercicio de soberbia de comunicación”.
Del presidente, Mariano Rajoy, señala que “no me transmite nada” y asegura que en sus comparecencias públicas “transmite de todo menos credibilidad”, al tiempo que considera un “error” lo del plasma, aunque lo atribuye a terceros. “Un animal comunicador por naturaleza”, dice del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que, sin embargo, “aún no se ha adaptado al ecosistema en el que se desenvuelve actualmente”. Con todo, asegura que “apunta maneras”. Para cerrar, acerca de Pablo Iglesias, líder de Podemos, señala que en Comunicación ha empezado “muy bien, sabe mirar a la cámara, modular los mensajes, pero en cuanto le sacas del guion empieza a fallar. Tiene que trabajar mucho esas situaciones imprevistas”, concluye.
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