Investigadores y periodistas: llamados a entenderse por el bien de la sociedad

周六, 06/11/2021

Aunque parezca mentira, no todos los investigadores quieren que su trabajo académico, incluidos sus éxitos, sean de conocimiento público. Es más que un estado personal de timidez, trasciende en algunos casos lo emocional para convertirse en una dinámica que, a la postre, termina por favorecer solo a quienes son especialistas como él, casi los únicos que tendrán acceso a su obra publicada en revistas especializadas de difícil acceso para el común de los mortales.

Por Luis Miguel Belda, Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA

De esta realidad se debatió este viernes en la Jornada Técnica AUGAC ‘De la universidad a los medios: vías para la difusión social del conocimiento’, que convocó a los directores de comunicación y responsables de gabinetes de prensa de universidades y de centros de investigación, en torno a un objetivo común: promover que del conocimiento de los avances científicos de los profesores e investigadores universitarios se beneficie la sociedad en general, y no solo sus propios colegas, en una suerte de bucle endogámico.

Es lo que en el ámbito académico se conoce como producción investigadora JCR, el Journal Citation Reports, una publicación anual que evalúa el impacto de las principales revistas científicas en el área de las ciencias aplicadas y ciencias sociales: un ámbito en el que los profesores universitarios se mueven como pez en el agua, pero que para el ciudadano normal resulta, en la práctica, un universo inaccesible.

En la Jornada que convocó la Asociación de Profesionales de Gabinetes de Comunicación de Universidades y Centros de Investigación del Estado Español (AUGAC), se puso de relieve la necesidad de ‘convencer’ -si es que ese es el verbo adecuado- a los investigadores universitarios de la oportunidad que representa, tanto para ellos mismos como científicos, como para el centro universitario en el que laboran, compartir con la sociedad en general sus conocimientos, experiencia y descubrimientos; y eso es algo a lo que están llamados a hacer los departamentos de Comunicación, impulsando la publicidad de la producción científica a través de los medios de comunicación social.

En el debate, en el que participaron los periodistas especializados en ciencia Antonio Martínez Ron, periodista de Voz Pópuli; Eva Caballero, de Radio Euskadi, y Luis Felipe Torrente, de The Conversation, además de dircoms de universidades, como Elena Lázaro, se consensuó la idea de que es posible hacer más en este ámbito.

En el preámbulo de la propia Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación se subraya la oportunidad de difundir los avances científicos: “La generación de conocimiento en todos los ámbitos, su difusión y su aplicación para la obtención de un beneficio social o económico, son actividades esenciales para el progreso de la sociedad española, cuyo desarrollo ha sido clave para la convergencia económica y social de España en el entorno internacional”.

En dicho encuentro, también se puso de manifiesto el desconocimiento atávico entre investigadores y periodistas. Los primeros dudan de la fiabilidad de los segundos, pues esperan que sus escritos se ciñan con un rigor tan escrupuloso como lo fue su método de investigación, mientras que los periodistas reclaman de los primeros que suavicen su nivel, en el entendido de que la población general a la que van dirigidas sus informaciones no tienen por qué estar preparadas como ellos.

El punto medio es el fin que se espera alcanzar. Y ese punto se podría calificar como ‘tono divulgativo’, aquel que no pocos científicos logran y por lo que son reconocidos socialmente, sin perder un ápice de rigor en sus explicaciones, pero sí llevados de un esfuerzo adicional por tratar de ‘traducir’ sus conocimientos para alcanzar al mayor número de personas posible.

En ese ‘in itínere’ los periodistas, y muy especialmente los periodistas que intervienen como intermediarios entre unos y otros desde los departamentos de comunicación y gabinetes de prensa universitarios, juegan, jugamos, un papel trascendental al ser quienes, siempre en estrecha colaboración con el científico, logremos redactar una noticia que satisfaga a todos: al científico que verá que su trabajo no quedará desvirtuado por una errónea interpretación del periodista, y a los ciudadanos que podrán disfrutar del conocimiento de todo aquello que hace progresar un mundo que las tres partes citadas comparten.