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El modelo innovador de la UDIMA posibilita a dos estudiantes aprobar su Máster mientras dan la vuelta al mundo
周四, 25/07/2019
Sergio Blanco y César Ponce
Por Alberto Orellana
Durante 10 meses César Ponce y Sergio Blanco han recorrido y degustado 12 países por todo el mundo. Y, mientras tanto, han superado el Máster de Acceso a la Abogacía de la UDIMA. Se han formado sin renunciar "a aquello que te apasiona": en su caso, viajar. Los autores del proyecto #EstudiarViajando recibieron recientemente sus calificaciones definitivas. Desde UDIMA Media hemos seguido de cerca su progreso y les hemos pedido que hagan balance de su experiencia, especialmente en la etapa final, tras afrontar los exámenes finales. Una aventura académico-turística que les ha llevado desde el inmenso México hasta el legendario Japón.
¿Se ha notado la presión de los últimos días antes de los exámenes?
Hemos notado la misma presión que si nos hubiéramos examinado del Máster de Acceso a la Abogacía en Madrid. A pesar de que no somos personas que nos ponemos nerviosas fácilmente, es un Máster importante de cara a nuestro futuro profesional como abogados y eso se ha notado. Honestamente, es un máster que ha requerido mucho esfuerzo; éramos conscientes de que íbamos a necesitar dedicarle muchas horas de estudio y así ha sido.
En general, ¿cómo ha sido la experiencia con los exámenes a distancia de la UDIMA? ¿Y vuestro paso por la sede Internacional de la Universidad en Hong Kong?
La experiencia ha sido fantástica en todos los sentidos. Varias semanas antes de los exámenes, desde la Secretaría Virtual de la UDIMA tienes la opción de elegir desde qué sede quieres examinarte; puede ser en una sede nacional (Zaragoza, Barcelona, Bilbao, Madrid, Vigo, Sevilla…) y también puedes hacerlos desde una sede de examen internacional (Lima, Hong-Kong, Santiago de Chile, Miami, Sao Paulo…) como fue en nuestro caso. En la sede de Hong-Kong el trato fue muy bueno. Tuvimos la oportunidad de conocer a Francisco, responsable de la sede, un español que lleva más de 40 años como director de un colegio allí en la ciudad de los rascacielos. Con él pudimos intercambiar impresiones sobre la ciudad asiática y nos contó muchas anécdotas que le habían pasado. Además, es la única sede de examen en todo el continente asiático, por lo que allí coincidimos con otros compañeros que vivían en otras ciudades como Shanghái y se habían desplazado para hacer los exámenes.
Hemos sabido que os habéis rodeado de café colombiano. ¿Su fama está justificada?
¡Sin ninguna duda! Durante nuestra estancia en Colombia, aprovechamos para recorrer la región del Eje cafetero. Tuvimos la oportunidad de visitar la finca cafetera 'el Ocaso' en Salento, donde conocimos de primera mano todo el proceso de producción del café; desde la plantación a su posterior envasado y comercialización. Nos sorprendió mucho que todo el proceso es hecho a mano y de forma artesanal, cuidando cada detalle. Y, por supuesto, que eso después se nota cuando pruebas una taza de 'un tinto' en ese precioso escenario rodeado de naturaleza y valles llenos de palmeras de cera, las más altas del mundo (hasta 80 metros). Incluso Sergio, que hasta ese momento no le gustaba el café, acabó gustándole. Definitivamente, Colombia es un país que sorprende.
¿Dónde habéis notado que os costaba más mantener los horarios establecidos para estudiar? ¿Habéis tenido que alterar mucho vuestros itinerarios turísticos y planning de visitas para acometer los últimos días de estudio?
Cuando estábamos organizando los países que queríamos visitar y fijando los diferentes itinerarios, lo primero que teníamos en cuenta eran los exámenes y la carga de estudio cada semana. En cada país hemos estado de media entre 22 y 25 días, asegurándonos que podríamos conocer la cultura y vivir diversas experiencias, pero que, al mismo tiempo, podemos estudiar y cumplir los objetivos académicos, que era el núcleo central de nuestro proyecto. Está claro que a medida que se acercaban los exámenes de cada semestre, la carga de estudio era mayor. En Santiago de Chile, donde hicimos los exámenes del primer semestre, estuvimos 25 días y no pudimos visitar muchas zonas de la capital chilena, porque estábamos prácticamente todo el día estudiando. En Hong-Kong nos pasó algo similar, estuvimos tres semanas estudiando para los exámenes del segundo semestre. Sin tener en cuenta las ciudades donde nos examinamos, en Filipinas era complicado conseguir un buen wifi y eso nos dificultaba poder mandar trabajos y hacer tests online. De hecho, varias veces tuvimos que pagar una Coca-cola en algunos hoteles de lujo, que era donde había buen wifi, para así conseguir subir los trabajos a tiempo.
¿Qué país/ lugar destacaríais de la zona asiática y por qué?
A veces se tiende a unificar la zona asiática como toda igual y, sin embargo, cada país tiene sus particularidades: historia, cultura y gastronomía diferentes. Tanto Filipinas, como Vietnam, Laos o Tailandia nos han gustado mucho. Si tuviéramos que elegir uno, a César le encantó Myanmar. Y es que la gente de allí es increíblemente simpática. A pesar de que casi nadie habla inglés, siempre te saludaban con una sonrisa y se interesaban por el turista. Para Sergio, el país a destacar de Asia es, sin duda alguna, Japón. Aunque sólo pudimos visitar la capital, Tokyo, puesto que se acercaban los exámenes y no podíamos estar cogiendo buses o trenes. Por un lado, la comida japonesa no es solo sushi (tonkatsu, onigiris, ramen…). La modernidad y, en definitiva, la cultura japonesa en general le cautivó.
¿Cómo ha sido el resultado de los exámenes? ¿Estáis satisfechos con todo el proceso de aprendizaje del máster?
Los resultados han sido muy satisfactorios, estamos muy contentos. Sobre el proceso también. Al ser un Máster que te prepara para ejercer como futuro abogado, está muy enfocado en la parte práctica jurídica (preparación de demandas, informes judiciales, preparación de prueba documental, resolución de casos, simulaciones…).
Ya con las notas en la mano y todo el máster detrás, ¿ha merecido la pena? ¿Recomendáis la experiencia para cursar otro máster o título?
¡Sin duda ha merecido la pena! Durante esta aventura hemos adquirido un montón de habilidades: comunicarnos en muchas lenguas diferentes, negociar precios con auténticos expertos ambulantes de Asia... Hemos aprendido de otras culturas, lo que sin duda son aprendizajes que nos servirán en el futuro tanto en el plano personal como en el profesional. Lo recomendamos a todo el mundo que quiera vivir una experiencia internacional.
¿Repetiréis la aventura con otro máster?
Esta aventura se debe vivir una vez en la vida. Nos encantaría escuchar que, a partir de este curso, más gente se ha animado a estudiar online. Por supuesto, no tiene por qué ser dando la vuelta al mundo: puedes ser deportista y querer entrenar, puedes ser madre/padre y no disponer del tiempo, tocar un instrumento… Lo que queríamos con el proyecto Estudiar Viajando era demostrar que, actualmente, con el desarrollo tecnológico y las herramientas que nos proporciona una universidad online como la UDIMA, puedes seguir formándote sin renunciar a aquello que te apasiona.