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La universidad y la empresa: condenados a entenderse
Thu, 02/03/2023
La Universidad a Distancia de Madrid, la UDIMA, puso en valor este jueves la labor del profesor como docente y como investigador para ofrecer formación actualizada, así como el papel que juegan las empresas tutorizando las prácticas para conseguir los mejores profesionales.
Por Alberto Orellana/Fotografías: David Jorge
La solemne festividad de la comunidad universitaria con motivo de Santo Tomás de Aquino, que acogió el Salón de Actos del Campus de la UDIMA, se convirtió en una oportunidad única para subrayar la necesidad de estrechar aún más los lazos entre la universidad y la empresa.
De forma indirecta eso justifica el justo reconocimiento por medio de sus Medallas de Honor que la Universidad UDIMA brindó a representantes de empresas que en el último curso han destacado por fortalecer el trabajo en común entre ambas partes a la hora de formar y especializar a los estudiantes.
Como marca la tradición, la cita tuvo lugar en el campus de la UDIMA, en Collado Villalba, bajo la dirección de su rectora, Concha Burgos, y la presencia en la mesa principal de su presidenta, Aránzazu de las Heras; del secretario general, Eugenio Lanzadera, y el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Andrés Delgado.
Una máxima sobrevoló el solemne acto: la formación continua, enunciada por unos y otros como un mantra por el que también abogan las empresas, que recibieron su Medalla de Honor por su labor profesional y formativa ejercida junto con la universidad. Desempeño que permite, como señaló el director de comunicación del Grupo Educativo, Luis Miguel Belda, que ese necesario binomio empresa-universidad funcione “como un reloj”.
Así lo entienden desde Securitas Direct, principal empresa de seguridad en España con 1,8 millones de alarmas instaladas en 2022. Álvaro Vázquez, director de Gestión de Personas de Iberia & Latam en Securitas Direct dio las gracias a la UDIMA por la flexibilidad y ayuda elaborando los programas de formación. “Hemos aprendido y desaprendido, pero también reflexionado.” Para ellos parte de la protección de sus más de 9.000 asegurados también es la formación continua.
Eurocaja Rural, una de las cooperativas de crédito más grandes del país, agradeció la búsqueda de transmisión de conocimiento y “empleabilidad” del Grupo Educativo CEF.- UDIMA, a quien definen como “compañero y cómplice” de sus compromisos. “EL mañana pertenece a quienes se preparan hoy”, resaltó su presidente Javier López Martín.
Por otro lado, Tamara Rodríguez asumió los agradecimientos en nombre del proveedor de servicios innovadores de seguridad ICTS Europa. La directora de Recursos Humanos de su filial en España aseguró estar “muy comprometidos” con la formación de calidad “para el desarrollo del talento”. “Sois el mejor compañeros que podíamos haber elegido”, dijo antes de dar las gracias al CEF.- por ser “el pilar para poder reinventarnos” en pandemia.
ÍTACA Formación, compañía académica especializada en acciones formativas relacionadas con la psicología y la educación, también recibió su medalla. Su director, Miguel Valenzuela, destacó el apoyo diario de la UDIMA para llevar la formación a nivel burocrático. “Trabajamos con algo realmente serio y por ello la formación que llevamos a tres continentes es especialmente importante”, desgranó.
El medallero quedó sellado con la intervención de Borja Guinea, socio responsable de auditoría de KPMG, una de las ‘big four’ con más de 5.500 clientes profesionales en España. “La sociedad y las empresas necesitamos más que nunca una universidad proactiva, que transmita conocimientos y que conozca los retos que afrontan las empresas en un mercado muy interconectado. Un mercado en el que la confianza es un activo intangible esencial”, desplegó el socio de KPMG.
Mención aparte fue el reconocimiento por parte de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, también al Consejo General de Enfermería.
La jornada supuso un año más una oportunidad para honrar a Santo Tomás de Aquino, figura venerada y respetada en el mundo académico. Alguien que podríamos definir como el maestro “de la mente clara, del análisis, la síntesis y la comprensión”, como lo recordó la rectora Concha Burgos, quien afirmó que “su actitud y precisión al expresar la verdad lo distinguen como gran maestro de todos los tiempos”.
Para escenificar ese agradecimiento incólume al paso del tiempo, la UDIMA rindió homenaje a sus doctores y alumnos de Grado y Máster más sobresalientes en su quehacer académico. Ellos son quienes encarnan los valores que forman parte de la “esencia universitaria” desde sus orígenes: estudio, transmisión del conocimiento, curiosidad y amor a la investigación, concedió la rectora.
En representación de todos ellos tomó la palabra en primer lugar el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Andrés Delgado, quien, en su celebrada lección magistral, no decidió apostar por temas de rabiosa actualidad, sino por aportar una visión más práctica. Para ello puso en valor la relación entre los delitos de omisión del deber de socorro y el de abandono del lugar del accidente.
Reflexionó sobre cómo a veces legislar casos concretos respecto a estos dos delitos “puede generar problemas y discrepancias”. La entrada del delito de abandono en el Código Penal (en 2019) “parece conveniente”, aseveró. Entra en juego el concepto de solidaridad, el castigo más severo del ordenamiento jurídico, que “puede provocar inconvenientes”. Pero que es un elemento “fundamental para la convivencia de las personas”, señaló.
Universidad y emprendimiento
Llegó el tiempo de rendir homenaje a los nuevos doctores, a quienes presentó la directora del programa Carmen Cámara. Se trata de Miguel Rodríguez Vacelar, José Luis Gómez Lega, Miguel Bueno Benedí, María Lidón López, Joaquín Rafael Puerta Gómez, Susana María Cabada Fernández y María Teresa Rivas Padilla.
Ya como nuevo doctor, y en representación de los nuevos doctores por la UDIMA, Joaquín Rafael Puerta subió al atril para dedicar unas meditaciones a raíz de su propia investigación, en nombre de todos los que vistieron por primera vez el venerado birrete y su medalla. Su trabajo, centrado en el peso de la formación universitaria en el éxito emprendedor, le demostró que este se logra, más allá de habilidades personales, con “motivaciones sólidas” y “valores arraigados”.
Señas de identidad que están reflejadas en cada uno de los doctores, cuyo éxito, igual que el emprendimiento, sólo se completa con el apoyo de sus familiares y directores de tesis. Unos les han enseñado que ese éxito es en realidad “ser capaces de superar los fracasos”, y otros el significado del liderazgo “convirtiéndose en nuestros referentes”, apuntó.
El flamante doctor felicitó también a la Unidad de Doctorado y al equipo directivo del Grupo Educativo CEF.- UDIMA, en especial al presidente de honor y fundador, Roque de las Heras, a quien puso como “ejemplo de toda una vida de esfuerzo, constancia y tenacidad”. Con esa misma intensidad cerró pidiendo a la universidad que apueste por la transmisión de valores, el profesor como “eje formativo”, y la investigación en metodologías docentes prácticas y experimentales, como probados ejemplos de éxito en el aprendizaje.
Para enarbolar el agradecimiento de todos los alumnos de Grado y Máster, distinguidos como sobresalientes, y a quienes presentó Eugenio Lanzadera, dedicaron unos minutos tanto Andrea Rábago (Grado en Criminología) como Carlos Álvarez (Máster Universitario en Práctica de la Abogacía). La primera abundó sobre el significado de la excelencia, que, como ya plasmaba Aristóteles, no es un acto sino “un hábito”. Por ello, sólo será verdadera excelencia si detrás de ella existe un “deseo intrínseco” por lo que uno ama.
Por su parte, el jurista reconoció, al igual que su compañera, el papel de familiares, amigos y sobre todo profesores en su logro: “Sería injusto decir que este premio es sólo nuestro”. De los docentes aseguró que, a pesar de la distancia, muchos llegaron a ser “auténticos maestros”, dignificados por los contenidos de que les proveían, y su “predisposición a ayudar”.
Algo que demuestra su “cercanía” y convierte a la UDIMA en “referente” en la educación a distancia. Su formato les permitió a ambos la posibilidad de compaginar familia, trabajo y estudios, y redoblando su ánimo por la formación continua. “El mejor rival a superar sois vosotros mismos”.
Fueron Premios Extraordinarios Fin de Grado, además de Andrea Rábago Cosgaya, Alberto Raúl Madamé Martín, Adrián Morales Gracia y Alejandra Aguilar Pérez. Premios Extraordinarios Fin de Máster son, además de su portavoz, Carlos Álvarez Pesquera, Rubén González Rodríguez, Ignacio Rebollego González, Juan Porro Fernández, Guillermo Mas Oliver, Laura Iglesias Gámez, Iván Cumbreras Torrejón, Juan Carlos Barrera Cruz, Esther Deleyto La Cruz, Elena Marín Cascales y Miguel Muñoz García-Gasco.
Fue el vicerrector de Investigación y Doctorado, David Lizcano, quien enumeró los hitos y acreditaciones del profesorado de la UDIMA en el último curso. Así, lograron sexenios de investigación Almudena Sánchez Sánchez, Abel González García, Esther Pascua Echegaray, José Luis Díaz Palencia, María José González Calderón, Mariano Urraco Solanilla, Mercedes Raquel García Revilla, Miguel Ángel Poveda Criado y Pedro Aceituno Aceituno.
Acreditados como contratado doctor, Carlos Emilio Segade Alonso, Cristina Marín Oller, Estíbaliz Pérez Asperilla, Eva Izquierdo Sotorrío, Irene Caro Cañizares, Isaac Seoane Pujol, Isabel Cristina Gil García, Aránzazu de las Heras, María Coral González García, María Cristina Fernández Blázquez, José Manuel Crespo Castellanos, José Luis Díaz Palencia y Juan Ignacio Durán Pacheco.
Como ayudante doctor han logrado ser acreditados Adrián Galiana Rodríguez Barbero, Adrián Neubauber Esteban y Julián Roa González.
Como cierre de la jornada, la presidenta de la UDIMA, Aránzazu de las Heras, recopiló los mensajes transmitidos, subrayando el papel de familiares y amigos en el éxito de alumnos y doctores. A estos últimos les pidió ser “generosos” con sus investigaciones, y redobló el valor de todo su trabajo: “Vuestros logros redundan en la sociedad y hacen más grande nuestra universidad”. A las empresas, la presidenta les brindó su gratitud por formar profesionales “a la altura de lo que exigen las empresas y la Administración”.