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José Luis Martínez-Almeida: "La universidad es determinante en la vida y la mejor garantía de una sociedad"
Tue, 07/03/2023
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (1975), aceptaba recientemente la invitación del periodista Graciano Palomo para participar en el ciclo de entrevistas 'Territorio Líder' de UDIMA Media. El edil madrileño pasó por el espacio audiovisual de la UDIMA para reflexionar, no tanto sobre temas políticos, sino más bien sobre su experiencia y visión de la universidad y qué supone para él el cargo que ostenta.
Por Alberto Orellana
Licenciado en Derecho y Economía, Martínez-Almeida ingresa por oposición en el Cuerpo de Abogados del Estado tres años después. Una labor que ejerció en Toledo, Gerona y en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, siguiendo los pasos de sus abuelos. Ya mientras opositaba reconoce que se le pudo pasar por la cabeza hacer otras cosas. No se esconde: "A mí siempre me había gustado la política". Pero, además, sugiere que quien elige una oposición como la suya tiene una "vocación de servicio público".
Y aunque ha pasado un cuarto de siglo desde que salió de la universidad y terminó aplicando su vocación, no duda en valorar aquella etapa como "esencial" en la vida. No sólo a nivel formativo, sino también para empezar a "forjar relaciones humanas" y desarrollar un "crecimiento personal". Es un momento que, insiste, los estudiantes deben aprovechar al máximo, porque "no la van a olvidar".
Tampoco él, que analiza después de tantos años si ha cambiado la esencia de la universidad. En estos 25 años han aparecido más universidades, es verdad. Entre ellas la UDIMA, que Martínez-Almeida describe como una institución educativa "prestigiosa" que está haciendo "una extraordinaria labor desde su fundación [la Fundación HERGAR]". "El Grupo CEF.- UDIMA multiplica las oportunidades educativas, y creo que eso siempre es una buena noticia", defiende.
Pero, en esencia, la clave de lo que es la universidad "no ha cambiado". Para él hablar de universidad sigue siendo hablar de la "búsqueda de la excelencia en la formación", y eso es lo que te permite al final ir por la vida y tener una proyección profesional; "saber cuáles son tus oportunidades" en un mundo "tan complicado". Por ello sostiene que "la mejor garantía que tiene una sociedad es que esté bien formada" y tenga las oportunidades educativas para lograrlo. "Y en eso la universidad viene trabajando desde hace siglos".
Disfrutar el privilegio con "disciplina"
El alcalde madrileño no duda en aconsejar a los alumnos del Grupo CEF.- UDIMA, tanto en España como en los "países hermanos" en el continente americano, que aprovechen este "privilegio". Primero porque la formación que recibirán en esta "grandísima institución educativa" les permitirá "afrontar los retos de la vida". Algo que es "muy difícil" obtener.
Segundo, porque la universidad es quizás "ese último tránsito de una vida un tanto despreocupada por el futuro". Y, por tanto, es un momento "muy intenso" en la vida que también hay que saber disfrutar. No olvida que la formación requiere "esfuerzo, sacrificio, disciplina, y que "eso pasa por hincar codos".
"Por supuesto que hay tiempo para más cosas y se equivocará el que no lo haga, pero la base fundamental es la disciplina", asevera. Disciplina para saber que uno no puede pasar por la universidad sin más, sino que "es determinante" para todo "lo bueno que le pueda pasar en su vida" a los alumnos. No todo es pasión y disfrute, sino también asegurarse esas "bases sólidas" que te permitirán "saber de dónde vienes y a dónde tienes que ir".
Él mismo lo experimentó. Primero fue director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. Después secretario de Gobierno de la Comunidad de Madrid en el Partido Popular (donde llevaba filiado desde los 18 años) y luego portavoz en la corporación popular madrileña. En aquel momento recuerda lo que decían las primeras encuestas: "Que el 40% los madrileños me conocía. Imposible. Yo iba por la calle cuatro de cada diez no me conocían", rememora.
Alcalde, atlético... y los pies en el suelo
Una pandemia y una Filomena después, a pocos meses de optar a reeditar el cargo que obtuvo en 2019, Martínez-Almeida asegura que ha tratado siempre de "hacerlo lo mejor posible" y sobre todo "mantener los pies en el suelo". Pasar de ser ignoto a estrella en tan poco tiempo implica que en algún momento "se te pueda ir la cabeza", comenta. Por ello, "tener bien anclada" a la familia y los amigos, para que "siempre te digan lo que piensan" es para él "lo más importante de todo".
No sólo cree que su salto a la política le ha "compensado", sino que no olvida lo más importante en su responsabilidad diaria: "El honor de ser alcalde siempre estará por encima", asumiendo que el día que te levantas pensando "más en la carga" de la posición que ocupa, "te tienes que ir". Eso sí, es consciente de que, como muchos abogados del Estado, puede desandar el camino. Y de paso recuperar así cosas que también "echa de menos", como su intimidad en vacaciones. Pero no olvida su privilegio.
Como tampoco puede ignorar (a pesar de ser "muy atlético") lo "orgulloso" que está de tener una marca como el Real Madrid: "Nos ha paseado el nombre de esta ciudad por todos los rincones del globo". En cierto punto le aconsejaron no decir que era del Atlético de Madrid, porque más de la mitad de la ciudadanía madrileña era merengue. "Y digo ‘oye, ¿qué pasa por ser sincero?’", abunda.
"Los políticos necesitamos que la gente nos conozca, con nuestras virtudes y con nuestros defectos, porque los tenemos". "Tiene que saber cómo es el tipo que se presenta a alcalde, con sus aficiones y manías", desgrana. Porque, en su opinión, esta es la mejor forma de recuperar la "confianza política". "Que la gente nos conozca, sepa cómo somos, porque al final somos como los demás, de verdad".