La especialización periodística, una necesidad inaplazable

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El periodismo, un oficio necesario que se dignifica al servicio de los ciudadanos tiene ante sí muchos retos. El de la supervivencia es uno de ellos, precisamente en un momento en el que la vida y la salud son el caballo de batalla de decenas de millones de personas en todo el mundo.

Por la periodista y doctora Yolanda Berdasco

Sobrevivir como profesión respetada es una necesidad y nos hará seguir gozando de la confianza de la opinión pública y volver a ocupar un lugar de relevancia como colaboradores necesarios para una sociedad responsable, justa y capaz de tomar sus propias decisiones en base al conocimiento transmitido por esos periodistas.

Hace muchos años escuché decir a uno de mis profesores, D. Félix Rodríguez, que el periodismo se estaba transformando en “la capacidad de hablar de todo sin saber de nada”.  Ese vacío de saber del que hablaba el profesor Rodríguez viene dado, en la mayor parte de los casos, por una ausencia de formación especializada.

En ocasiones, con demasiada frecuencia quizá, se ha primado el aspecto formal de las informaciones, la imagen, la capacidad de contar con un buen contenido auditivo o visual para complementarlas, frente al conocimiento profundo del tema a tratar.

Y en estas estaba la profesión, con algunas muescas ya en la armadura, cuando le ha tocado enfrentarse a la más dura de las realidades, contar la enfermedad y la muerte sin previa formación. Quizá la especialización en salud es una de las más compleja para un periodista en sus primeros años y toparse con el Covid-19 ha sido todo un reto.

Siendo justos, deberíamos decir que algunos se han enfrentado a él con mejor fortuna que otros y que, mientras algunos han tratado de hacer un curso rápido de epidemiología para salir al paso con profesionalidad, otros han apostado por el amarillismo y el espectáculo como forma de mantener entretenidos a los ya de por sí amedrentados ciudadanos.

Es el momento de recordar que la especialización periodística es una necesidad de la profesión y que en cuestiones como salud, datos o economía se impone la absoluta necesidad de profesionales que vayan más allá de las ruedas de prensa o de la mera descripción de los datos sin análisis crítico y comparativo de los mismos.

Contar con redactores especializados supone una inversión para los medios que, en honor a la verdad, siempre han argumentado estar con las cuentas menguantes. Sin embargo, ahora que se empieza a poner precio a sus ediciones digitales, es importante que haya un retorno en formación para que la calidad de su producto final se ajuste a las expectativas de los ciudadanos. Es justo y necesario.