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“Cada centro escolar debería tener, como mínimo, un psicólogo”
Fri, 23/02/2024
Coincidiendo con el Día de la Psicología en España (24 de febrero, en conmemoración del médico y filósofo Juan Huarte de San Juan, patrón de la psicología en España) hablamos con Eva Izquierdo Sotorrío, vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Salud y la Educación de la UDIMA. Profesora en el Grado en Psicología y el Máster Universitario en Psicología General Sanitaria, la doctora en psicología nos habla sobre el reconocimiento social de la profesión, su vínculo con el entorno educativo o los retos que afronta.
Redacción UDIMA Media
- Quizás ya se planteaba en los primeros momentos postpandemia, pero ¿se toma la sociedad más en serio a la psicología y sus profesionales?
Por supuesto. Por 'desgracia' la pandemia ha sido una oportunidad para visibilizar la importancia de la psicología para la sociedad en general, no sólo en el ámbito de la salud; pero sí, específicamente en este ámbito, que es quizás el más conocido de la psicología.
- En una encuesta en la que ha participado la UDIMA, los psicólogos vinculados al entorno escolar y académico referían una cierta indefensión, además de ver incluso que el estado de ánimo de los docentes está en horas bajas. ¿Ha aumentado el llamado efecto del ‘profesor quemado’?
No dispongo de los datos para saber si ese síndrome de estar ‘quemado’ ha aumentado, más allá de que esa encuesta permite intuir que eso está pasando. No sabemos si está ocurriendo a niveles preocupantes. Realmente el estudiantado, y por supuesto el profesorado, ha pasado por un periodo de muchísima exigencia y muy complicado durante la pandemia, como toda la población. Pero quizá en el contexto escolar ha sido más acusado, y los problemas de salud mental que muestran los estudiantes después de la pandemia pueden ser un factor de estrés para el profesorado, además de lo que han pasado ellos mismos.
- ¿Cuánto de importante es cuidar la salud mental de alumnos y profesores, y cómo podemos como sociedad echar una mano?
Yo como profesional de la salud mental creo que es esencial, pero creo que nos podemos dar cuenta todos de que sin salud mental todo lo demás no funciona bien. La salud mental no son sólo las enfermedades mentales, sino también el bienestar y estar a gusto con la vida, ser productivos... ¿Qué se puede hacer? Ya se están haciendo cosas, y a nivel político vemos que hay iniciativas de incrementar el número de psicólogos y psicólogas en distintos contextos. Y es una de las partes. Desde luego, que la sociedad siga pidiendo que haya mejores servicios de salud mental es otra.
Pero es verdad que hay algunas limitaciones estructurales que nos lo complican mucho. Una de ellas es que el Sistema Nacional de Salud (que es el que nos tendría que dar el servicio por lo menos en cuanto a salud mental) no permite incrementar el número de psicólogos residentes (clínicos) que hay en los centros de salud de manera automática. Por tanto, se están buscando soluciones. La universidad por un lado, en la Conferencia de Decanos y Decanas de Psicología, es una de las entidades -implicadas en ello-. El Consejo Oficial de Psicología Nacional también, así como otros organismos. Ya estamos en esa vía, el problema es que va a tardar. Cuanto más lo pidamos, mejor.
- ¿Consideras que puede tener ventajas emocionales la docencia a distancia para el estado anímico del profesorado (y del alumno)?
Depende mucho del ciclo. En el contexto universitario, el que atendemos principalmente en la UDIMA (aunque sí formamos a docentes de otras etapas educativas), por supuesto. Permite conciliar la vida personal con la profesional, y eso es importante. Pero también tiene pegas, pues no establece de la misma forma esa alianza entre los compañeros, e incluso la distancia total del alumnado no permite hacer ajustes. La UDIMA tiene algo muy bueno, por algo somos “la universidad cercana”, y es que esa distancia la acortamos desde el contacto directo. Hay que complementarlo. Tiene pegas pero hay que acortarlas de un modo que la UDIMA saber hacer.
- ¿Qué retos tiene la profesión psicológica por delante?
Retos, todos. Uno de ellos, que la sociedad realmente se dé cuenta de la importancia de la psicología. O también que la profesión se quite complejos de ser una ‘ciencia menor’ en el contexto científico; creo que tenemos que estar orgullosos de las técnicas utilizamos, las aproximaciones teóricas que tenemos, los grandes profesionales y el bagaje investigador que tenemos. Esos son los retos, que es que se note lo importante y bien que se hacen las cosas; siempre se pueden hacer mejor, pero creo que vamos por buen camino.
- Sí es cierto que la salud mental ha ganado más peso, se tiene mucho más en cuenta, pero ¿te preocupa que esto pueda ser una moda y se esté frivolizando o se pueda llegar a ello?
La verdad es que no. Entiendo que pueda haber personas que piensen que es una moda, pero creo que es algo que ha venido para quedarse. Que realmente se ha visto que la salud mental es algo esencial, que se puede cuidar. Quizás antes no sabíamos que se podía cuidar, e íbamos a la deriva con lo que nos tocaba. Pero ahora nos hemos dado cuenta de que se puede pedir ayuda, de que te puede atender un psicólogo, en distintos contextos. No sólo en el clínico, sino en el escolar, en un contexto social. Eso ha venido para quedarse y es fantástico, es el camino.
- ¿En qué campos de la psicología crees que puede/ debe crecer el número de egresados?
En todos. Es verdad que el ámbito clínico-sanitario ahora mismo tiene muchísima demanda (hay que separar clínico de sanitario porque no es exactamente lo mismo a nivel administrativo). Pero creo que a nivel escolar es fundamental: ahora mismo ni siquiera hay un profesional de la psicología en todos los centros escolares, y eso no puede ser, tiene que haber mínimo uno. Y otros muchos ámbitos. La psicología tiene ahora mismo unas puertas enormes incluso en contextos sociales, que demandan más profesionales formados y por tanto más egresados.
- ¿Por qué decides transitar la psicología desde el ámbito de la docencia? ¿Qué es lo que más te motiva a seguir?
Yo empecé en una clínica, tenía mi consulta, pero el seguir aprendiendo y formarme, me llevó a seguir avanzando en el conocimiento teórico. A partir de ahí la docencia va de la mano. Empezar a dar clase me gustó mucho, y el poder compartir mi conocimiento y también aprender de los estudiantes me abrió el camino para acabar aquí. Y la verdad es que me encanta.
- ¿Puede aspirar la psicología a una posición de mayor reconocimiento y qué papel jugaría en ello la universidad?
Por supuesto, la psicología debería tener mayor reconocimiento porque todavía hay cierto estigma asociado al psicólogo. O, incluso, cuando hablas de psicología, que haya gente que todavía le quita peso o importancia. Es un camino que ha empezado y que se tiene que transitar. Y que al final es que la gente siga hablando de psicología. Antes decías que ibas al psicólogo y nadie lo comentaba, y ahora normalmente ahora te dicen ‘ah, yo también’. Compartirlo es lo que hace que veamos que funciona, y que es necesario.
- ¿Qué mensaje darías a ese potencial estudiante de psicología para que se anime a dar el paso?
Que no se lo piense. La psicología es un campo de conocimiento inmenso que tenemos en la cabeza sólo la parte de salud, pero son muchas más cosas; es comprender la conducta del ser humano y poder ayudar y prevenir problemas en múltiples ámbitos. Y al final es un campo apasionante. Le diría que no se lo piense, que es cuestión de empezar. Es un camino muy largo, pero cuanto antes lo empiecen mejor, porque antes se engancharán.