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Ciberblanqueo: técnicas y retos para prevenir un delito económico "amplísimo" en el ciberespacio
Fri, 30/11/2018
Javier Alberto Zaragoza junto al profesor de la UDIMA Daniel Fernández Bermejo, este viernes en el campus de Villalba.
Por Alberto Orellana y Marta Peiro
La Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) acogió este viernes el taller sobre un delito que hasta ahora "no ha tenido mucho tratamiento jurisprudencial" y sobre el que "no se ha escrito mucho": el ciberblanqueo. El fiscal de sala del Tribunal Supremo, Javier Alberto Zaragoza abría así el Workshop Ciberlaundry UDIMA, celebrado en el campus de la universidad en Collado Villalba (Madrid). Junto a él diferentes profesionales del marco jurídico y procesal, expusieron algunas de las últimas tendencias que definen una actividad delictiva "bastante reciente", agregó.
El también ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional repasó el marco legal existente y los "problemas concursales" del blanqueo de capitales como delito germinal. Una actividad que para ser considerado delictiva debe causar "un daño en la estabilidad y el rendimiento del sistema financiero", detalló Zaragoza. Algo importante a tener en cuenta, pues actualmente el delito de blanqueo de capitales es "amplísimo: cualquier actividad puede constituir como delito subyacente", explicó. Al ser un delito tan amplio, es el elemento "tendencial" de "ocultar" un dinero con fines lesivos para el orden socioeconómico el que lo delimita.
Para profundizar en el ciberblanqueo, el criminólogo Javier Sanz cogió el relevo para presentar la mesa redonda sobre los tipos de cibercrímenes relacionados con el blanqueo digital y el los retos del futuro. Desde un punto de vista criminológico, Sanz recalcó que el ciberespacio es "especialmente favorable para el delincuente". Internet tiene unos rasgos muy "interesantes para el crimen", apuntó. Principalmente la transnacionalidad de las acciones en la red, la aparente ausencia de control, el alto grado de anonimato y una "revolución permanente". Todo ello ofrece una "mayor sensación de impunidad" al delincuente potencial.
Más allá de los diferentes tipos de ciberdelincuencia existentes, Sanz subrayó -como hizo Zaragoza- que el origen de la mayoría de casos de blanqueo digital está relacionado con la financiación terrorista. En este sentido, Sanz planteó que "hay que centrarse en la distribución", pues lo complicado es "controlar todas las fuentes de financiación", ya que "no todas son fraudulentas". Ramón Fuentes, por su parte, prosiguió con la mesa redonda centrándose en las técnicas de lavado del dinero online.
El segundo miembro del equipo de trabajo de la UDIMA ilustró en un simulacro el potencial que tienen las "aparentemente anónimas" criptomonedas (bitcoin) para cometer el delito. Todo ello a través de sistemas conocidos como 'mixers' que permiten incrementar el anonimato "rompiendo la trazabilidad" del sistema. Se puede trasferir dinero de una cartera, limpiarlo de todo rastro e introducirlo en una segunda cartera con la que llegan a comprarse "mansiones de millones de euros", desarrolló Fuentes.
La mesa redonda se cerró con las intervenciones de Juan Carlos Fernández y Teresa Ruiz-Clavijo, quienes introdujeron la parte preventiva y de investigación del ciberblanqueo. Un aspecto en el que ahondaron a continuación Joaquín Delgado y José Rodríguez. Delgado, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, se centró en los elementos procesales que deben tenerse en cuenta para "demostrar la ciberdelincuencia". Algo "muy difícil" pero que debe ser válido ante un juez, señaló. Policía y Guardia Civil necesitan reforzar la validez del registro de dispositivos a través de los que se accede a la información que demuestra el delito.
En estos casos, comentó el magistrado, es esencial que se tenga el consentimiento "libre e informado" del investigado para acceder a dicho dispositivo. Más aún si se trata de un registro de tipo remoto (sobre contenidos almacenados en la nube en servidores extranjeros). Además, el Inspector Jefe Cuerpo Nacional de Policía (CNP) destinado en Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF), José Rodríguez, añadió una visión más realista de las estrategias actuales contra el cibercrimen.
El inspector de policía comentó que "la cadena de investigación" contra el cibercrimen "será todo lo fuerte que sea el eslabón más débil". En este caso la escasa formación y concienciación del ciudadano sobre la protección de los datos en la red. Además, recordó que detrás de los delitos de ciberblanqueo" hay muchos y diversos delitos que "no salen a la luz". Todo un grueso de actividades que dan cuenta de la magnitud de esta práctica. "Si el crimen organizado fuera un Estado, estaría en el G8" ilustró Zaragoza; "tiene un PIB más abultado que Brasil".