España "debe liderar" y "exportar" su formación enoturística, y la universidad, aportar su "prestigio"

Fri, 26/07/2024

Nació en Valdepeñas, tierra de vinos, y aunque dice no tener más conocimientos enólogos que el de saber disfrutarlos, la experiencia docente de Francisco Javier Sánchez-Verdejo le ha permitido fusionar su materia (es doctor en Filología Inglesa) con la industria enoturística al más alto nivel. Recientemente, la Organización Mundial de Enoturismo (OMET) le he designado como director de Coordinación de papers y programas formativos en la OMET Academy. El profesor de la UNED y la UCLM, colaborador también de la UDIMA, nos cuenta su perspectiva y objetivos ante tamaña responsabilidad.

Redacción UDIMA Media

Sánchez-Verdejo (que a pesar de no ser enólogo tiene apellido vinícola) ha sido colaborador de la UDIMA en la dirección de TFM en el área de Educación. Tras esta experiencia reconoce que no dejó “del todo” su vinculación con la universidad: “Porque la verdad es que con la UDIMA, pues genial, muy bien”. No sólo tiene “amigos en la UDIMA” y acude a la llamada cuando hace falta "ayuda para tribunales". Además, está dirigiendo dos estancias, una predoctoral y una postdoctoral. “Cada vez que es posible colaboro con vosotros”, dice.

  • ¿Eres un apasionado del turismo? ¿Cómo comenzó tu relación con el enoturismo?

Sí y no. Yo realmente vivo en Valdepeñas, en La Mancha, por tanto, mi vinculación con el vino es ya desde nacimiento, desde la raíz, es evidente. Ahora, claro, no porque una persona nazca en una zona ya tiene, digamos, una patente de corso de que domina ese aspecto. Me gusta el vino, como a cualquier persona, claro está, pero de ahí a ser un experto, hay mucho camino. La vinculación con la entidad fue a raíz de unas actividades que nosotros hemos ido organizando -desde la UNED- (yo soy profesor de inglés en la UNED, y mi licenciatura y el doctorado es en filología inglesa), una serie de actividades vinculando el inglés y el vino.

Comenzamos antes de la pandemia con una actividad que nos funcionó muy bien, que llamamos ‘English Dinners’, donde nos juntábamos a cenar, pero el nexo de unión era que todo se realizaba en inglés. Es decir, la conversación iba a ser en inglés, el menú iba en inglés, buscamos un restaurante donde los camareros hablaban en inglés... Y la verdad es que nos funcionó muy bien. Vino la pandemia, que ya sabemos todos lo que nos ocurrió, y lo tuvimos que cortar. Y luego organizamos otra actividad, un poquito más ambiciosa, donde ya era una jornada entera, con una serie de visitas a bodegas, también teníamos comida... todo en inglés. Y esta ya con reconocimiento de créditos.

¿Cómo entra la OMET? La OMET es la Organización Mundial de Enoturismo. En los países que tienen una relación con el vino, existen asociaciones nacionales -aglutinadas en la OMET-. Pues el presidente de la Asociación Nacional de Enoturismo de España (José Antonio Vidal) se puso en contacto conmigo, porque estas actividades le parecían sumamente interesantes. Decía que ‘qué bien que se apostara por vincular el vino con algo más’. Le gustó muchísimo y a partir de ahí surgió un contacto fluido.

Hemos tenido y tenemos buena relación, hasta que hace mes y medio, da la casualidad de que el presidente de la Asociación Nacional de España es a la vez el presidente de la OMET. Tenemos la suerte que la organización mundial está presidida por un español. Y me propuso que me incorporara precisamente para coordinar las acciones formativas.

  • ¿Cómo recibes el nombramiento de la OMET como director de Coordinación de papers y programas formativos?

Yo, en un primer momento, le dije: “José Antonio, mi vinculación con el mundo del vino, pues más allá de que soy una persona que le gusta, yo no tengo unos conocimientos exhaustivos, ni del mundo de vino ni de turismo”. Y entonces fue cuando él me dejó claro que lo que les interesaba no era tanto la vinculación con el vino, sino que yo iba a ser encargado de coordinar programas formativos a nivel internacional. Es decir, mi labor va a ser reunirme con los representantes de los países en materia de formación para coordinarlos.

¿Por qué? Porque parece ser que cada vez que se reúnen, ellos tienen una serie de necesidades, las expresan, pero supongo que, porque no conocen el mundo de la formación, pues ahí se queda, se queda en una expresión de necesidades. Y debe ser que habrá llegado el momento que decidieron que había que canalizar eso.

Cuando me propusieron -para el cargo- si hubiera implicado conocimientos exhaustivos de enoturismo hubiera dicho que no, pero sobre todo me pidieron tres condiciones, que eran: que se conociera el mundo de la formación (para contactar con universidades o entidades, o diseñar un curso); conocimientos de inglés obviamente (porque te tienes que relacionar con gente de todos los países); y bueno, buen don de gentes. Fue lo que me propusieron y aquí estamos.

  • En esas acciones formativas que quiere impulsar OMET Academy ¿qué aspectos necesitan potenciarse más en ese Plan de Formación Integral de Enoturismo?

Todavía no he tenido reuniones con ellos, pero lo primero que quiero es juntarme con todos, escucharlos y elaborar un listado de necesidades y propuestas. Quiero escuchar a todas esas asociaciones nacionales, pero aún más importante, a los miembros individuales de cada asociación. Pensemos en España: habrá bodegas, pero puede haber un gastrobar que también esté ahí. Entonces, quiero saber realmente qué necesitan. Primero, insisto, para elaborar ese decálogo.

Segundo, porque intuyo que es muy posible que lo que necesite uno les venga bien a otros. No sé, imagínate que tenemos una bodega de Australia que tiene unas necesidades que coinciden con una bodega de Canadá. Bueno, pues está claro que no hay que hacer acciones individuales. Tenemos que trabajar de manera global.

Y luego, aparte, quiero trabajar en otro aspecto que creo que muchas veces se deja de lado, que es el de los ciudadanos. Es decir, siempre pensamos en qué ofrece una entidad de enoturismo, pero creo que también es muy importante saber qué busca cualquier persona (tú o yo) que quiera acercarse a una entidad de enoturismo. Porque a lo mejor esa bodega o esa empresa puede ofrecer cosas muy interesantes, pero no ha caído en qué es lo que está buscando el visitante.

  • Dices que es necesario avanzar en la elaboración de publicaciones e informes académicos sobre enoturismo, en colaboración con entidades a la par que con universidades nacionales e internacionales. ¿Qué papel puede jugar la universidad española para potenciar esa publicación de informes sobre enoturismo?

Pregunta súper interesante. Fíjate que en estos días ya he recibido propuestas de varios colegas que han publicado artículos, estudios, relacionando el vino con cualquier otro arte. Por ejemplo, esta mañana recibí de un colega un artículo que publicó relacionando el vino y Shakespeare. A lo mejor nos puede parecer... -que no hay relación-, pero claro, cuando lo lees, ves que realmente es pertinente.

Segundo, España desde luego considero que debe ser un país que debe estar liderando todo esto por la situación que tenemos y, por tanto, establecer cursos de formación, (máster, títulos propios -como el Curso Superior de Enología, Sumillería y Enoturismo de la UDIMA-) donde podamos dar cabida a las demandas. Pero, además, cursos que no se queden en flor de un día. Que no sea, hoy sacamos un curso, se nos matriculan 25 personas y el año que viene no funciona. Creo que es preferible hacer algo que permanezca y sea sostenible en el tiempo.

En ese sentido creo que la universidad puede y debe jugar un gran papel. Y luego, no nos engañemos, tú puedes organizar un curso con una entidad de prestigio, pero creo que un curso que lo respalde cualquier universidad le está dando un marchamo de calidad. Sin desmerecer a nadie, pero claro, cualquier persona que haga un curso con una universidad, ese título lo está respaldando una universidad, más allá de que pueda hacer un curso con una empresa o con una asociación en particular. Pero creo que además una universidad le aporta ese plus de prestigio y de valor añadido que, en mi opinión, puede ser un elemento que, así lo espero, atraiga a la gente.

  • ¿Por qué hace falta mejorar la formación de los profesionales del enoturismo en España?

Hace falta porque, por lo que a mí me trasladan, ya no voy a hablar tanto de manera localista en España, sino a nivel internacional: no hay -formación- como tal. En España tenemos la suerte de que ya tenemos estos títulos, estos cursos, pero en otros países puede que no existan tal cual o al nivel que nosotros. Y por tanto, indudablemente podemos exportar parte de lo que estamos haciendo aquí. No digo que se copie, pero sí que sea un espejo, sí que sea una idea, decir, oye, en España hacemos esto.

  • Uno de los pilares de la OMET Academy es la “concepción de un modelo de gobernanza para un enoturismo responsable”. ¿Qué se sabe de este modelo y qué quiere decir con “enoturismo responsable”?

Bueno, todavía no he tenido ninguna reunión, estoy a la espera, pero entiendo que englobaríamos el enoturismo dentro del turismo global, sería como una variante. Para mí la idea de responsable es ese enoturismo donde hay esa simbiosis entre lo que está buscando cualquier persona que se acerca a conocer y lo que le puede ofrecer la empresa o la entidad.

Porque incluso puede suceder que haya entidades que estén ofreciendo una serie de actividades que estén bien, pero no hayan reparado que pueden ofrecer otras cosas que podrían ser también interesantes. Y eso no quiere decir que lo estén haciendo mal, porque nosotros no venimos a corregir a nadie, venimos a aportar. A decir, oye, ¿qué te parece si además probamos a hacer esto?

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