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La falta de información y el desconocimiento hacen perdurar el estigma sobre las personas con problemas de salud mental
Sat, 10/03/2018
Afirma José Luis Méndez, de la Confederación Salud Mental España, quien intervino en el I Congreso de Psicología y Educación de la UDIMA
Se han producido muchos avances, probablemente a una velocidad que ni imaginaron hace unas pocas décadas los colectivos de personas con discapacidad, en general, y con problemas de salud mental, en particular. Sin embargo, aún hoy sobre las personas que presentan un problema de salud mental recae el estigma de la violencia imprevista, en opinión de José Luis Méndez, trabajador social y técnico del Servicio de Orientación en Salud Mental de la Confederación Salud Mental España.
Méndez impartió un taller sobre salud mental e inclusión social en el marco de la I Jornada de Psicología y Educación que celebró la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) en su Campus de Collado Villalba.
En una entrevista concedida a UDIMA Media, Méndez atribuye ese estigma perdurable en el tiempo “al desconocimiento y falta de información” que aún existe en torno al problema de salud mental. “Es cierto que cualquier acto de barbarie solemos asociarlo enseguida a que esa persona tiene un problema de salud mental, porque también nos han enseñado a que algo que está mal lo asociamos a la maldad”.
No obstante, matiza, “normalmente es a la inversa: los actos violentos o la vulneración de derechos no sucede desde la persona que tiene un problema de salud mental hacia la sociedad, sino al revés muchas veces”.
Con todo, reconoce que, pese a los pasos de gigante que se han dado en los últimos años, “lamentablemente siguen perpetuándose (en los medios de comunicación) titulares sobre problemas de salud mental del tipo ‘esquizofrénico mata o roba’”, lo que denuncia desde la ironía, pues “todavía no hemos escuchado ‘diabético mata o hipertenso roba’”.
Frente a ello, subrayó que desde la Confederación de Salud Mental España desarrollan una permanente labor de concienciación en los medios de comunicación, que disponen de una guía en la que se les aconseja abordar noticias sobre salud mental “desde un punto de vista positivo, alejándonos de los diagnósticos y centrándonos en las capacidades y aspectos positivos que tienen las personas”.
Preguntado por cómo se desenvuelve la inclusión social de este colectivo, celebró que desde la entrada en vigor en 2008 de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad “es verdad que ha habido un cambio importante a la hora de abordar esta problemática y ya se entiende que estas personas son sujetos de derecho”.
No obstante, advirtió que la inclusión social “es lenta” pero que con la labor desde la Confederación que representa y el resto de asociaciones “poco a poco vamos acercando a la sociedad a estas personas, porque se puede convivir y trabajar y formar una familia con ellas perfectamente”, sentenció.
‘Salud mental e inclusión social. Mitos y barreras invisibles’ fue como tituló el taller impartido en el evento académico, cuyo objetivo fue poner encima de la mesa las crecientes dificultades que tienen las personas con trastorno mental para ejercer sus derechos en la sociedad en igualdad de condiciones que el resto de las personas.
Méndez trasladó a los asistentes que esta desigualdad genera y desarrolla situaciones graves de exclusión social, que dificulta de manera notable que la persona con problemas de salud mental sea vista como un sujeto pleno de derechos “evitando el acceso de nuestro colectivo a los servicios comunitarios y, por tanto, impidiendo de manera evidente su inclusión en la sociedad con las mismas garantías que el resto de la población”.