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El uso de la cultura popular o cómo dejar que las matemáticas dejen de ser aburridas
Thu, 24/11/2016
La doctora en Periodismo Ana Virginia Rubio reseña la charla del físico Juan José Moreno, ambos profesores de la UDIMA
¿Se imaginan al intrépido capitán Jack Sparrow, de ‘Piratas del Caribe’, aplicando el teorema chino del resto sobre su propio botín? y ¿a los personajes de la célebre serie ‘Breaking Bad’ calculando cómo pueden repartir sus once mil pastillas de metanfetaminas por toda la ciudad? Por último, ¿se imaginan averiguando cuántos personajes aparecen y desaparecen cada temporada en la exitosa serie ‘Juego de Tronos’?
Estas y otras cuestiones son las que planteó el profesor de la Escuela de Ciencias Técnicas e Ingenierías de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) Juan José Moreno, en una interesante charla que llevó por título “Uso de la cultura popular y la vida cotidiana para captar al estudiante. De ‘Breaking Bad’ a ‘Juego de Tronos pasando por CSI’” y que impartió dentro del marco de las conferencias Club UDIMA.
Tal y como explicó Moreno, el proponer problemas con su correspondiente solución empleando para ello recursos literarios o cinematográficos no solo tiene que ver con la matemática combinatoria o la teoría de los conjuntos, sino que se puede aplicar a cualquier disciplina, puesto que la finalidad es que el estudiante aprenda divirtiéndose, algo muy en consonancia con la metodología y el tipo de enseñanza que promueve la UDIMA.
Precisamente, tal y como apuntó el docente, este tipo de actividades destacan por su multidisciplinariedad, ya que los alumnos no solo aprenden a resolver un problema matemático, “sino que también fomentan su comprensión lectora”, al tener que desarrollar un enunciado, a priori, complejo.
Con este original y creativo método de enseñanza, cualquier planteamiento puede dejar de ser aburrido, ya que como recalcó el profesor de matemáticas, “el truco está en mezclar el humor con el problema”, de ahí que en sus aulas se planteen ejercicios basados en resolver la temperatura que hará al día siguiente en casa tras apagar el calefactor la noche antes, las probabilidades de que un candidato sea investido o no a la presidencia autonómica por los miembros de su partido, el modo en que un canal de televisión puede distribuir sus programas estrella en una determinada franja horaria o la aplicación de una ecuación diferencial ante un supuesto “apocalipsis zombie”.
Junto a las imágenes y el visionado de fragmentos de películas donde se muestren problemas matemáticos, también se recurre al uso de canciones como recurso educativo, donde los alumnos, por ejemplo, tienen que encontrar términos relacionados con la astrofísica al escuchar la melodía.
Eso sí, como nos recuerda Juan José, todos estos modelos deben ser empleados sin abusar ya que puede suceder que el estudiante “se canse”. Otra desventaja, en opinión del docente, es el enorme tiempo invertido en la realización de estas actividades. En definitiva, se trata de presentar el aprendizaje de un modo atractivo y ameno, y que los estudiantes vean la finalidad real de muchas de las propuestas planteadas. ¿Quién dijo que las matemáticas eran aburridas?