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La humanidad que viene
Mon, 27/04/2020
El escenario social, económico y sanitario post-confinamiento será diferente. Así es como definen psicólogos y sociólogos la situación post-confinamiento que viviremos dentro de un corto plazo de tiempo. Mariano Urraco Solanilla, sociólogo y Rodolfo Gordillo, psicólogo y criminólogo, ambos docentes de la Universidad UDIMA nos han descrito algunas de las situaciones que probablemente puedan suceder cuando termine el Estado de Alarma.
Por Rocío González
Distopía, destaca nuestra sociedad “perfectamente imperfecta” construida con el fin de hacer “complicada” e indeseable a la gran mayoría de la población. Según Urraco Solanilla, “el hecho de que una dictadura como China parezca haber tenido más éxito que nuestras democracias occidentales a la hora de afrontar este desafío puede resultar peligroso”.
Debido a la situación del coronavirus, podríamos vivir una distopía o una situación de quiebra que desencadene en “una profunda crisis a nivel social si fuera tomado como justificación para introducir, desde las élites que rigen la sociedad, una serie de reformas profundas que limitasen nuestra forma de vida “pre-epidemia”" afirma Urraco Solanilla. El confinamiento no creará situaciones difíciles a la hora de retomar la normalidad, pues, lo importante no es solo sobrevivir físicamente, sino, sobre todo, mantenerse cuerdo para el escenario posterior.
Rodolfo Gordillo destaca la situación de miedo, tristeza e ira como algunas de las emociones psicológicas desatadas durante el Estado de Alarma. El civismo y las formas de colaboración son valores imprescindibles para afrontar esta situación donde la empatía y la colaboración serán clave para la repercusión psicológica tras la cuarentena, pues la comunidad siempre ha vencido, no lo olvidemos.
Otra de las medidas que se puede adoptar para la gestión del miedo, la tristeza o la ira, e incluso el asco, es aceptar, sentir y dar salida a la situación como medidas básicas, buscar personas que nos transmitan seguridad, apelar al raciocinio para acatar la calma y sobretodo, sentir que no estamos solos apoyándonos en grupos o personas solidarias que ayudarán a levantarnos nuestro ánimo.
El pánico no se ha desatado en nuestra sociedad
A pesar de todas estas circunstancias, nuestro docente en el área sociológica, Urraco Solanilla destaca que “no cree que el pánico se haya desatado en nuestra sociedad”. Cuando la realidad es desconocida e incierta recurrimos a la ficción, pues con independencia de “lo real”, lo negativo vende, es noticiable. Tal vez esta experiencia, que habrá de dejar una huella “generacional” (en el sentido sociológico del término) en todos nosotros, sirva para que empecemos a ver con otros ojos, menos inocentes, la distopía.
En cuanto a los niños, si no atienden a razones, la mejor forma de actuar es la didáctica y creativa donde "el civismo es uno de los valores de la sociedad" resalta el profesor Gordillo. A pesar de todo, los niños tienen una plasticidad cerebral que les hacen hábiles para adaptarse a todo tipo de situaciones, al igual que los adolescentes, que reevaluarán la situación de una manera más cognitiva.
El cambio socio-psicológico de los españoles
El perfil sociológico de los españoles, no sufrirá cambios profundos en la manera de ser, ni individual ni colectivamente, pues según opina Urraco Solanilla, “no vaticino una “primavera del amor” ni un redescubrimiento de lo mucho que nos gusta ir a pasear o visitar a los amigos”. Lo actual no es una mera hibernación sino un hacer-lo-mismo-pero-desde-casa.
Asimismo, la forma de saludarnos o de interacción cotidiana no sufrirá un gran cambio ya que los saludos son diferentes en cada sociedad y los españoles no empezarán a guardar una distancia de seguridad. Aunque el alcance de cambio cultural-social resulta imprevisible, podría haber “pequeños detalles” de cambios.
Entender el aislamiento obligado y ser conscientes de los protocolos impuestos nos aportará serenidad. No obstante, “tendrá que pasar un tiempo hasta que nuestra capacidad evaluadora o tranquilidad vuelva a umbrales pre-virus” afirma Gordillo. Supuestamente es un proceso natural, pero habrá gente que necesite ayude psicológica porque se haya quedado bloqueada y necesite de dinámicas terapéuticas para desbloquear y recalibrar sus mecanismos de afrontamiento.
La infoxicación de las fake news
Las fake news o propagación de rumores puede generar una "infoxicación" o exceso de información que el individuo apenas puede gestionar y la desconfianza en fuentes oficiales, que deberían de ser las medidas que deberíamos de seguir y buscar, hará que se busquen fuentes alternativas de información que provoquen un exceso de bulos. Por lo tanto, como nuestra salud psicológica puede verse afectada por estas fake news o exceso de información, la recomendación es precaución.
Aunque en este sentido, parece que la responsabilidad de la sociedad española esta resultando disciplinada, censurando cualquier tipo de comportamiento “gamberro” de personas irresponsables.
Todas estas valoraciones, aunque tienen base sólida en cuanto a estudios y parámetros, no definen un escenario de desigualdad social y una diferencia de clases tras la crisis del coronavirus, puesto que las consecuencias son imprevisibles.