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La UDIMA lidera la reanudación de la campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Peña Moñuz
Sat, 21/07/2018
Con la participación de estudiantes del Grado en Historia, bajo la dirección del doctor Jesús Alberto Arenas
La Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), bajo la dirección del doctor Jesús Alberto Arenas, retomó este verano, durante dos semanas, la campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Peña Moñuz, un poblado prerromano ubicado en la localidad alcarreña de Olmeda de Cobeta, en cuyas tareas participaron estudiantes del Grado en Historia de la Universidad.
El proyecto se inscribe en el marco del convenio de colaboración establecido entre la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y el Ayuntamiento de Olmeda de Cobeta (Guadalajara) para la investigación y promoción del patrimonio arqueológico y etnográfico de la mencionada localidad.
El yacimiento goza de un especial nivel grado de protección, ya que fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica en 2011 por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Las actuaciones previstas constituyen una continuación de las acciones desarrolladas entre los años 2006 y 2010, y la campaña de consolidación estructural llevada a cabo en 2014, dentro del proyecto marco denominado ‘Ecología y paleoambiente de las sociedades preindustriales de la cuenca superior del río Tajo’.
Este enclave arqueológico de Peña Moñuz está situado en el extremo occidental de La Dehesa. Es un enclave que ocupa apenas 4.600 metros cuadrados, asentado en un elevado espolón calizo individualizado del relieve circundante, lo que le confiere un alto valor estratégico. Además de las ventajas defensivas derivadas de su emplazamiento natural, el asentamiento fue dotado de un complejo sistema de defensas artificiales.
El asentamiento muestra dos fases de ocupación genéricas: una de la Edad del Hierro y otra Medieval. La fase medieval corresponde a una reocupación puntual del asentamiento datable en la primera mitad del siglo XII. Los datos obtenidos hasta el momento parecen indicar que tuvo un carácter castrense, vinculado a las campañas bélicas que tuvieron lugar durante el proceso de reconquista cristiana del territorio andalusí, según explica a UDIMA Media el doctor Arenas, arqueólogo e investigador principal de esta actuación. A esta fase medieval quedan vinculadas algunas reformas de la línea de muralla, consistentes básicamente en el apeo y reparación apresurada de las antiguas fortificaciones de la Edad del Hierro.
Por lo que respecta a la fase prerromana, las dataciones absolutas permiten distinguir dos subfases: La más antigua (Pena Moñuz I), es datable en la primera mitad del siglo IV a.C. y se vincula a la construcción de la muralla, de dos de sus torres exteriores y la Puerta Sur. A esta subfase fase corresponde también la batería de edificios que se adosan a la cara interna del tramo occidental de la muralla. La más reciente (Peña Moñuz II) se data entre los siglos III-II a.C. y queda plasmada en una serie de reformas de los sistemas defensivos y en cambios en el urbanismo interno del asentamiento.
Un detalle interesante es que las dos fases de ocupación protohistórica tuvieron su fin como consecuencia de violentos incendios. Esto no sólo ha permitido un excepcional estado de conservación de las estructuras constructivas, sino también de su contenido mobiliar.
La interrupción de los trabajos en el año 2010 por motivos coyunturales motivó que quedasen sin concluir una serie de actuaciones que afectan tanto al alcance de las investigaciones científicas como a la integridad de los restos arqueológicos. Por lo tanto, la prosecución de los trabajos iniciados en el yacimiento, que liderará la UDIMA, es, en palabras del doctor Arenas, “esencial para su conocimiento y salvaguarda”.
Las actuaciones a acometer en el yacimiento emanan de dos circunstancias distintas: La necesidad de proseguir con el estudio científico del enclave, al objeto de completar la información sobre la secuencia ocupacional, el trazado urbanístico y las actividades realizadas en el asentamiento, y la necesidad de llevar a cabo determinadas labores de limpieza y afianzamiento estructural, ya que el yacimiento no ha sido objeto de atención alguna desde la última intervención realizada en 2014.