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TEDx UDIMA celebra su II edición con la innovación educativa y humana como bandera
Thu, 13/02/2020
Foto de familia al término del II TEDx UDIMA, en Collado Villalba.
Si estamos en la IV Revolución, en la cuarta ola tecnológica, ¿qué traerá la siguiente? ¿Y cuándo llegará? Tener una casa con paredes de led puede estar más cerca de lo que creemos. O la cura del cáncer, según se ha propuesto la Comisión Europea. Pero, ¿cómo podemos prepararnos para las olas venideras sin antes comprender el alcance que tiene la que vivimos? Innovar para liderar (y viceversa) para combatir mejor las injusticias y la deshumanización de la tecnología, forman parte de la clave. Y esta depende de nuestra actitud para educar sobre cómo usar dicha tecnología con responsabilidad y hacer del futuro mundo uno más sostenible, humano y, en definitiva, mejor para todos.
Alberto Orellana / Fotografía: Miguel Cañavate
Muchas de estas ideas resonaron el 13 de febrero en el II TEDx UDIMA. Bajo el lema #Innovation, diferentes expertos lanzaron sus reflexiones al público presente en el campus de la UDIMA en Collado Villalba, así como a los seguidores por streaming. El director de Comunicación del Grupo CEF.- UDIMA, Luis Miguel Belda, y su directora de Relaciones Institucionales, Ana Landeta, orquestaron el acto. También contó con la participación especial de la presidenta de la UDIMA, Arancha de las Heras, quien abrió y despidió el encuentro.
José Lominchar, doctor en Derecho, fue el encargado de poner la primera piedra innovadora con su planteamiento sobre cómo será la próxima ola tecnológica. Esa que "ya se está preparando". Y la siguiente. Será cinco o 15 veces más potente que las tecnologías que marcan la que atravesamos (IoT, Big Data e IA). Pero seguro que nos deja una realidad que "siempre supera a la ficción". Tanto para predecirla como sobre todo para entender el reto actual, Lominchar recordó que el "mayor potencial de innovación del universo está en cada uno de nosotros: en nuestro cerebro". Ese será el reto, "descubrir el verdadero potencial" de nuestra mente, pues es el eje "dinamizador" del futuro.
Hallar esa posibilidad innovadora depende enteramente de nuestra actitud, la herramienta para explotar nuestros límites. Unos renglones que miden inevitablemente nuestra "resiliencia" o capacidad de adaptarnos a situaciones desfavorables o cambiantes. Álvaro Valverde, responsable de estrategia en ENISA (Empresa Nacional de Innovación), animó a los asistentes a "desarrollar la resiliencia que lleváis dentro". En su opinión, es necesario que el ser humano cambie, y para ello, desde cada uno de nosotros, debemos cambiar el "paradigma productivo" y empresarial. Y con ello, la sociedad en su conjunto.
Ese paradigma puede empezar a cambiar con la purificación de uno de los activos que lo caracterizan: la información. Y, por tanto, la desinformación. Según un estudio reciente el 50% de los datos que contiene Internet son falsos. Mientras la IA avanza despacio en su camino por combatirla, Yolanda Berdasco ofreció unas pinceladas para identificar las fake news y "escapar" de ellas. Doctora y periodista, la también profesora de la UDIMA insistió en que no nos fiemos "de nada" y reforcemos nuestro "espíritu crítico". Sobre todo con lo que nos cuentan de nuestras propias ideas, para que "nadie las refuerce con mentiras".
Lo importante es que nos preocupemos por hacer nuestra vida más fácil con la tecnología que usamos. Pero fácil de verdad. Con desahogado sarcasmo, Javier Gil repasó algunas de las situaciones que ha propiciado el uso excesivo de las nuevas herramientas digitales. Como sociólogo y actor, Gil recordó que nos hemos convertido en "comunicantes muy cercanos e inmediatos" gracias al WhatsApp, pero "de poco contenido". La digitalización corre el serio riesgo de despersonalizar los espacios, y ha sacado nuestro humano más "reptiliano" en algunas ocasiones. Debemos volver a "tocar", y no tanto "teclear".
Quien sabe de efectos dañinos, aunque no tengan su origen necesariamente en la tecnología (y quizás sí lo tenga su solución), es María José Garrido. Doctora en Psicología y capitana de la Guardia Civil, Garrido repasó algunas de las líneas de investigación y prevención de la violencia de género o los homicidios de pareja. Según trasladó al público, para hacer frente a este problema de un modo proactivo, debemos "concienciar" y "sensibilizar" a todos los agentes que participan en su lucha. Eso empieza por "valorar todas la hipótesis" que motivan este tipo de actos criminales. Una tarea que el Equipo de Revisión de Violencia de Género trabaja para mejorar las estrategias preventivas.
Para mejorar (para innovar), hay que saber liderar. Son "inseparables para el éxito", planteó en su ponencia Antonio Sánchez, ingeniero y arquitecto técnico. Tal como explicó, el liderazgo puede estar tanto en el diseño de un proyecto como en su construcción e implementación. Y debe "superar barreras invisibles" para ser buen liderazgo. Tiene que ser capaz de fomentar una innovación en todo el equipo que lidera, que será capaz de "desarrollar, experimentar, fracasar -y aceptarlo- y comprometerse" con esa idea de innovación. "Si de verdad queremos innovar, dejemos de hacer lo que nos lo impide", defendió.
A veces quien impide el desarrollo de una mente innovadora es el propio sistema. Por ello lo primero que Julián Roa recomendó es "evaluarlo". Hacerse las preguntas adecuadas para ver las necesidades reales. En el campo de la educación, como en cualquiera, siempre ha habido 'Quijotes' que quieren cambiar la realidad. Ingeniero y diplomado en Magisterio, Roa explicó la estrategia del OIE (Observatorio de Innovación Educativa) para mejorar la educación. Analizando la metodología usada hasta ahora, la organización del espacio, los recursos y el planteamiento de la evaluación, el OIE busca, ante todo "saber qué pasa" para repensar "qué es la educación para cada uno de nosotros.
Para Víctor Núñez, doctor en Periodismo, la educación es comunicación. "No se puede ser buen profesor sin ser buen comunicador", argumentó. Durante su intervención en el TEDx UDIMA trató de hacer valer la importancia que tiene la 'educomunicación'. Una disciplina poco conocida que busca unir el periodismo con la educación a través de las nuevas tecnologías. "Educar, en, con y frente a los medios", resumió. Enseñar a las próximas generaciones cómo funcionan, cómo interpretarlas y cómo afrontar con espíritu crítico a los medios de comunicación. Porque sin periodismo no hay democracia, pero "sin ciudadanos bien formados en el uso de los medios no podremos conseguir buen periodismo".
Y tampoco tendremos ciudadanos que combatan bien el crimen. La innovación criminal es paralela a la tecnológica, y, aunque hemos evolucionado mucho, Abel González desgranó las nuevas posibilidades delictivas que existen y su campo de acción para frenarlas. Doctor en Criminología, González explicó que la ciberdelincuencia tiene más opciones, al no entender ni de tiempos ni de espacios. Herramientas como el crime mapping (zonas de calor), el uso de las redes sociales ("control social informal") o el data mining, son algunas de las técnicas para perseguir e intentar anticiparse a los nuevos delitos.
Para cerrar el acto, Silvia Prieto, directora de innovación en la UDIMA, subrayó la importancia del aspecto humano que debe tener toda tecnología. Frente a futuros deshumanizadores, Prieto está convencida de que la tecnología nos permitirá alcanzar el "máximo potencial" de nuestras capacidades cognitivas. Los avances en la velocidad de procesamiento y la mejora computacional nos librarán de tareas más tediosas. Y esto nos permitirá centrarnos en tareas más útiles y profundas. Para el educador, por ejemplo, centrarse en el aprendizaje o la participación individual del estudiante. Algo que acercará al profesor y al alumno, desarrollando las habilidades interpersonales.