-
Noticias
Observa que los dictados y las copias no ayudan necesariamente al escolar a escribir mejor
Wed, 02/12/2020
Escribir al dictado por norma, o copiar textos, prácticas habituales por parte de los profesores en el proceso de aprendizaje de sus alumnos no parece ser la mejor opción, y menos para los más predispuestos a la disortografía o con diversas dificultades en el ámbito de la lectoescritura, de acuerdo con las observaciones de la profesora y psicóloga de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, Verónica Nistal.
La psicóloga de la UDIMA ha sido invitada, por tercera vez consecutiva, para impartir un seminario en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. El seminario se titulaba ‘Atención educativa la disortografía desde la práctica’. Este año se ha tenido que realizar de manera online debido a la situación de la COVID-19.
Nistal ha realizado años anteriores en esta Facultad seminarios relacionados con las dificultades de aprendizaje desde un punto de vista práctico. El objetivo de este seminario era dotar a los estudiantes de Educación Primaria de herramientas prácticas para emplear en sus futuras aulas cuando se encuentren a alumnado con dificultades de escritura o disortografía.
"Es habitual que los niños cuando se inician en la lectoescritura comentan errores ortográficos. A veces, estos errores se agudizan en el tiempo dando lugar a la disortografía. Es habitual encontrarnos a docentes que no saben qué hacer con estos niños, es normal. La formación del profesorado es primordial para fomentar la inclusión", explica a UDIMA Media la profesora Nistal.
"Cuántas veces hemos visto un dictado que nos costaba leer por la cantidad de errores ortográficos que había, palabras sin ‘h’, uniones de sintagmas, las famosas ‘b’ y ‘v’... lo primero en lo que pensamos es que este niño debe de ir con un especialista fuera del aula, ¿no? De lo que se trata es de darle respuesta educativa a sus necesidades dentro del aula, normalizando sus dificultades y favoreciendo al grupo con un cambio metodológico, esa es la verdadera inclusión, modificar la metodología de enseñanza favoreciendo a todo el alumnado en general y al niño con disortografía en particular", afirma.
En este seminario Nistal explicó las diferencias entre dislexia, disgrafía y disortografía. Describió los requisitos previos que debe tener el alumno para comenzar la lectoescritura y se centró en cómo intervenir en la disortografía.
"En mis conferencias”, argumenta la profesora Nistal, “me gusta mucho mostrar las fichas que hacía con los niños cuando trabajaba en centros educativos y en gabinetes logopédicos. Considero que enseñar cómo se trabaja, cómo elaborar fichas y qué libros prácticos comprar les motiva para seguir estudiando el Grado y conseguir sus metas, por lo menos eso me manifiestan mis alumnos de la UDIMA".
"En este seminario”, prosigue, “explico cómo los gestos de apoyo ayudan a evitar errores de ortografía natural y arbitraria, realmente, son facilitadores del habla, pero he comprobado cómo también lo son para la lectoescritura con resultados asombrosos".
Nistal asevera que los dictados y las copias no son recomendables, "no se recomiendan porque el niño que hace un dictado escribe los errores y aprende los errores, no se corrigen los errores de forma inmediata, el niño copia los sintagmas y no la frase entera". Del mismo modo apunta que "con las copias la actividad es poco interesante y monótona y el niño escribe la palabra como él sabe, como lo hace habitualmente.
"Cuántas veces nos han mandado copiar la misma palabra más de 30 veces en la pizarra o en el cuaderno para memorizarla, ¿verdad? es cierto que la repetición favorece adquisición de ese concepto, pero considero que la motivación es el motor del aprendizaje, si no estás motivado ¿cómo vas a aprender?", sostiene.
La profesora Verónica Nistal concluye que "es importante hacer listados y ficheros cacográficos para evitar los errores de ortografía arbitraria y trabajar el lenguaje en todas sus vertientes para la ortografía natural. Todo esto junto con una metodología activa, participativa y funcional”, porque, como gusta subrayar a la profesora de la UDIMA, “a los niños les encanta inventar historias”, por lo que “hagamos de esta creatividad un trabajo sencillo y productivo favoreciendo sus competencias lectoescritoras".