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Los científicos coinciden en que “seguir investigando es la clave” contra las enfermedades y el envejecimiento
Thu, 25/05/2017
Congreso ILC, con la participación de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA)
Si a una conclusión útil y veraz se ha llegado en la primera Cumbre Internacional de Longevidad y Criopreservación que acogió el mes de Mayo la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es que para combatir las enfermedades y el envejecimiento “seguir investigando es la clave”, en palabras del científico Juan Carlos Izpisúa, líder del grupo del Instituto Salk en La Jolla (California), lo que corrobora el doctor Javier Cabo, director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).
Prestigiosos científicos se reunieron en torno al envejecimiento y la criopreservación. Izpisúa reconoció que los avances y logros en investigación en este contexto siguen siendo “primitivos”, a pesar de los años de investigación. No es por aguar la fiesta, es por ser prácticos. El futuro es “prometedor”, afirma Izpisúa, pero todo a su ritmo, agrega Javier Cabo, quien se aferra a “lo que dice la evidencia científica a día de hoy", y el mensaje es, por ejemplo en cuanto a la criopreservación, es que es poco menos que inviable en cuerpos enteros: “Es un rito funerario más" porque no es posible la resurrección de células que ya no están vivas. No es lo mismo, explicó el doctor Cabo, que la vitrificación de óvulos y embriones o la criopreservación de homoinjertos cardiacos que son usados en la cirugía del corazón, ámbito que bien conoce; no en vano fue pionero en el trasplante de corazón de un bebé en España.
El economista e intelectual Ramón Tamames, ponía el contrapunto a algunas afirmaciones y anuncios oídos en el Congreso, a caballo entre la ciencia ficción y la certeza científica, y advertía que “hay que tener cuidado de no pasar de la ciencia a una imaginación desmesurada”.
Tamames reclamó de la ciencia que, por supuesto, “sí a la investigación, como dijo William Blake, pero no a dar esperanzas poco fundadas a personas que sueñan con una vida inmortal o una resurrección. Cuidado con esto”, enfatizó. Al tiempo, sentó las bases para la reflexión: “La vida es la voluntad de la libertad, lo que explica que todo hombre es capaz de tomar sus propias decisiones, y la base de todo es el entusiasmo, lo que significa que llevamos un Dios que nos mueve, que nos ayuda a superar los problemas de la vida, lo más precioso que tenemos”, decía.
Citando a Swift, recordó aquella gracia de que “todo el mundo quiere vivir mucho, pero nadie llegar a viejo”, y fue en este punto en que se preguntó por los límites en torno a la investigación para ralentizar el proceso natural de envejecimiento, y a las millonarias inversiones que ello conlleva, en contraste con la más urgente necesidad de poblaciones enteras que en el mundo aún se enfrentan sin éxito a enfermedades tan reconocidas como la malaria.
Porque la esperanza de vida es otra cosa, vino a decir. Si en dos mil años este índice apenas aumentó en diez años, la mejoría en la calidad de vida ha permitido multiplicarlo en sólo cien años. Pero resucitar cuerpos congelados o facilitar que el hombre alcance los 150 años de vida es, a su juicio, otra cosa. Es más, advirtió al respecto: “Deberíamos prever las consecuencias económicas y sociales de llegar a la inmortalidad
Y a vueltas con los avances científicos, sin duda el mejor modo de arrancar el Congreso fue con la ponencia de la prestigiosa científica española María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que bien podría haber sido el broche en el más estricto sentido la expresión: ciencia y más ciencia, investigación y más investigación. En intervención afirmó su creencia de que una de las causas principales del envejecimiento “está en los telómeros”, ubicados en los extremos de los cromosomas que están formados por repeticiones en tándem de una secuencia de ADN y proteínas asociadas.
El envejecimiento, pues, tendría su principal explicación en “la deficiencia de la telomerasa”. En función de su longitud, si ésta es críticamente corta “aparece la enfermedad”, explicó. En este punto, observó que la prueba de laboratorio en ratones “demuestra que la telomerasa es clave en la lucha contra el cáncer”. Lo que ahora toca es “demostrar que si evitamos o retrasamos esta longitud del telómero, retrasaremos al mismo tiempo el envejecimiento”. De momento, lo que se sabe es que los ratones tratados con telomerasa desarrollan retardo en el envejecimiento y, por tanto, la hipótesis es que “si evitamos la acumulación de telómeros cortos podemos aumentar el tiempo de vida sana”.
Otros ponentes de excepción fueron Pedro Guillén, médico y fundador de la clínica CEMTRO; Ramón Risco, investigador en Cryobiotech: Crioconservación de Tejidos y Órganos; Noel García Medel, cofundador y director de Investigación de Innovative Health Group; João Pedro de Magalhães, profesor de Envejecimiento en la Universidad de Liverpool; Rodolfo Goya, líder del Grupo de Investigación y Científico Superior del Consejo Argentino de Investigación (Conicet); María Entraigues-Abramson, coordinadora de Extensión Global para la Fundación de Investigación, SENS; Didier Coeurnelle, copresidenta y fundadora de Healthy Life Extension Society, y Chana Phaedra, investigador y oresidente de Advanced Neural Biosciences.
También Anders Sandberg, investigador del Instituto del Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford; Jaime Lagunez, biólogo de Sistemas para INSP (Institutos Nacionales de Salud de México); Ricardo Ruiz, director de la Unidad de Dermatología de Clínica Ruber y director general de Clínica Dermatológica Internacional; Rafael Pujol, consejero de IE Universidad Segovia y Vicepresidente Fundación Instituto de Empresa, y Aschwin De Wolf, propietario y director general Advanced Neural Biosciences y presidente del Instituto de Cryonics Basado en la Evidencia.
Por último, Danila Medvedev, directora general adjunto en Desarrollo Estratégico y presidenta de la Junta Directiva de KrioRus; Valerija Udalova, directora general de KrioRus y miembro del Consejo de Coordinación del Movimiento Transhumanista Ruso, y Elena Milova, miembro de la Junta de Life Extension Advocacy Foundation y Lifespan.
Este congreso mundial estuvo organizado principalmente por Fundación VidaPlus, con la ayuda de otras asociaciones y organizaciones líderes que trabajan en longevidad, vida indefinida, criopreservación y otras áreas biomédicas. Las universidades también estuvieron presentes, como la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), cuyo director general, Arturo de las Heras, participó como moderador de una mesa de debate.
Fue en diciembre de 2016 cuando tuvo lugar en la capital española la fundación de la llamada Nación Digital, al tiempo que la Asociación de Transhumanistas de España. Fue en esa ocasión, y con el apadrinamiento del economista Ramón Tamames, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, cuando se anunció la celebración en 2017 de la referida Cumbre.
Uno de los organizadores científicos y académicos del evento, el doctor en Derecho e Historia y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Felipe Debasa, celebró que España “sea por unos días la capital mundial de la Longevidad y la Criopreservación, punto de encuentro de los mayores expertos, gracias a este Summit Internacional”.