Formarse en IA legal "no será una opción" para los abogados, sino "parte integral de su trabajo"

Su impacto es inevitable, pero no sus consecuencias. Para que la IA legal no suponga un revés en la carrera de profesionales jurídicos como los abogados, hay tres grandes cosas que deben hacer: comprender cómo funciona, para poder evaluar los resultados que le ofrece, y así poder integrarla con eficacia y, por supuesto, ajustándose a Derecho. Para todo ello la formación en IA legal es fundamental, tanto para conocer los desafíos técnicos y éticos, como para exprimirla y ofrecer al ciudadano un servicio legal "de mayor calidad". Nos lo explica Luis Gómez Villota, director del Grado en Derecho de UDIMA, donde profesionales en activo imparten seminarios sobre esta materia para todos los alumnos.

Redacción CEF.- UDIMA

  • ¿Qué papel cree que jugará la Inteligencia Artificial en la transformación de la profesión jurídica en los próximos años?

Creo que tendrá un impacto profundo en la profesión jurídica, no solo automatizando tareas repetitivas (gestión documental, búsqueda de documentación jurídica, revisión de contratos…), sino también permitiendo optimizar, en muchos casos, la toma de decisiones gracias a la predicción de tendencias de resolución de conflictos, ya sea vía jurisprudencial o convencional.

Estas cuestiones enfocarán la formación de la profesión jurídica a labores de toma de decisiones estratégicas, donde será necesaria la sensibilidad y el criterio profesional para mantener un adecuado equilibrio entre la tecnología y el juicio humano, sobre la base de la ética, la interpretación contextual y la defensa de derechos fundamentales.

  • ¿Cuáles son los principales desafíos éticos que plantea el uso de la IA en el ámbito legal?

Son muchos y alguno seguramente está sin descubrir, pero entre los más significativos y sobre los que ya se está trabajando encontramos el riesgo de sesgos algorítmicos, ya que los sistemas de IA pueden perpetuar o amplificar prejuicios existentes en los datos con los que son entrenados, lo que podría afectar la imparcialidad y justicia de las decisiones legales.

La falta de transparencia, muchos algoritmos operan como «cajas negras», dificultando entender cómo se llega a una conclusión específica, aspecto completamente necesario en el ámbito jurídico. No basta la solución, tan importante o más que ella, es la argumentación jurídica empleada para alcanzarla. Además, ha de asegurarse que la implantación de cualquier sistema de IA ni vulnera ni es susceptible de vulnerar ningún derecho fundamental. El primero que nos viene a la cabeza es el derecho a la intimida y la protección de datos.

  • ¿Considera que los abogados del futuro necesitarán competencias tecnológicas específicas para interactuar con herramientas de IA?

Absolutamente, los abogados del futuro requerirán competencias tecnológicas específicas para interactuar eficazmente con herramientas de Inteligencia Artificial (IA). En primer lugar, necesitarán comprender los fundamentos de cómo funcionan estas tecnologías, incluyendo sus capacidades y limitaciones, para poder utilizarlas de manera crítica y efectiva. Esto implica familiarizarse con conceptos básicos de ciencia de datos, aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural.

Además, los abogados deberán desarrollar habilidades para evaluar la calidad y fiabilidad de los resultados generados por la IA, así como para identificar y mitigar posibles sesgos en los algoritmos. También será esencial saber integrar estas herramientas en su práctica diaria, desde la automatización de tareas rutinarias hasta el análisis predictivo de casos.

Finalmente, la formación continua en ética digital y regulación tecnológica será crucial, ya que el uso de la IA en el ámbito legal plantea cuestiones complejas sobre privacidad, responsabilidad y transparencia. En definitiva, las competencias tecnológicas no serán opcionales, sino una parte integral de la formación y práctica jurídica en el futuro.

  • ¿Qué ventajas puede aportar la IA a la práctica de la abogacía, especialmente en áreas como la automatización de procesos o el análisis de datos?

Muchas, la automatización lleva implícita la reducción de tiempos, y ahí se puede ahorrar mucho tiempo entre otros en tareas como la revisión de contratos, búsqueda de documentación, gestión documental y la elaboración de documentos legales estándar.

En cuanto al análisis de datos, la IA puede mejorar la eficiencia en la investigación legal al analizar grandes volúmenes de jurisprudencia, legislación y doctrina en cuestión de segundos, identificando patrones y precedentes relevantes que podrían pasar desapercibidos en una revisión manual.

También pueden permitir, como ya he indicado, análisis predictivos, evaluando las probabilidades de éxito en litigios basándose en datos históricos, esto sin lugar a dudas puede suponer una gran ayuda a los abogados a tomar decisiones más informadas y a gestionar mejor las expectativas de los clientes.

Por último, y no menos importante, nos puede alertar de riesgos, derivados de la modificación de la normativa, sobre asuntos que se estén llevando. Así pues, entre las ventajas del empleo adecuado de la IA puede destacarse la eficiencia y la reducción de costes, lo que indirectamente puede redundar en la mejora de la calidad del servicio legal ofrecido.

  • ¿Cómo puede la IA ayudar a democratizar el acceso a la justicia o a mejorar la eficiencia del sistema judicial?

Sobre todo a través de dos vías:

Facilitando a los ciudadanos el acceso a información legal básica, de manera rápida, comprensible y personalizada a través de chatbots y plataformas en línea, ayudándoles a entender, en un primer acercamiento, sus derechos y opciones legales.

Y la celeridad procesal, condición sine qua non del derecho a la tutela judicial efectiva. Si automatizar tareas posibilita (y lo digo en condicional porque en ocasiones lo que faltan son jueces) que los juzgados y tribunales puedan gestionar un mayor número de casos, implicará para el ciudadano una reducción del tiempo entre el inicio del conflicto y su resolución, y con ello los costes asociados a un procedimiento judicial (sobre todo los emocionales).

  • En un sector tan tradicional como el legal, ¿cómo ve la adaptación de los despachos y profesionales a estas nuevas tecnologías?

En general gradual, y más ahora con los requisitos que han de cumplirse como consecuencia del Reglamento Europeo de IA, aunque necesariamente, para ser competitivo se va a acelerar, si bien todavía los sistemas IA han de pulir muchos flecos. La integración, por mera cuestión de recursos, está encabezada por los despachos más grandes y por aquellos despachos más pequeños que integran profesionales independientes nativos digitales a los que no les asusta el uso de las nuevas tecnologías.

  • ¿Qué consejo daría a los estudiantes de Derecho para prepararse ante el impacto de la IA en la profesión jurídica?

A los estudiantes de Derecho les aconsejaría lo siguiente para prepararse ante el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la profesión jurídica:

- Adquirir competencias digitales. Familiarízate con conceptos básicos de IA, ciencia de datos y tecnología legal (LegalTech). Esto te permitirá entender y utilizar herramientas tecnológicas de manera efectiva.

- Formación continua. Mantente actualizado con cursos y certificaciones en tecnología aplicada al derecho. Plataformas en línea y universidades ofrecen programas específicos en LegalTech y análisis de datos.

- Desarrollar pensamiento crítico. Aprende a evaluar críticamente los resultados generados por la IA, identificando posibles sesgos y limitaciones. La interpretación contextual y el juicio humano seguirán siendo esenciales.

- Fomentar la adaptabilidad. Cultiva una mentalidad abierta y flexible para adaptarte a los cambios tecnológicos rápidos. La capacidad de aprender y desaprender será crucial.

- Ética y regulación. Estudia las implicaciones éticas y legales del uso de la IA en el derecho. Comprender los marcos regulatorios y los dilemas éticos te posicionará como un profesional responsable y te evitará graves problemas de responsabilidad.

- Habilidades interpersonales. Refuerza habilidades que la IA no puede replicar fácilmente, como la negociación, la persuasión y la empatía. Estas competencias serán clave en la relación con los clientes y en la resolución de conflictos.

- Redes y colaboración. Conéctate con profesionales y comunidades que estén explorando la intersección entre derecho y tecnología. La colaboración y el networking pueden abrir nuevas oportunidades y perspectivas.

- Experiencia práctica: Busca pasantías o proyectos en despachos o empresas que utilicen IA. La experiencia práctica te dará una ventaja competitiva.

Combinar una sólida formación jurídica con competencias tecnológicas y una mentalidad adaptable te preparará para los desafíos y oportunidades que la IA traerá a la profesión legal.

Formarse en IA legal "no será una opción" para los abogados, sino "parte integral de su trabajo"

Su impacto es inevitable, pero no sus consecuencias. Para que la IA legal no suponga un revés en la carrera de profesionales jurídicos como los abogados, hay tres grandes cosas que deben hacer: comprender cómo funciona, para poder evaluar los resultados que le ofrece, y así poder integrarla con eficacia y, por supuesto, ajustándose a Derecho. Para todo ello la formación en IA legal es fundamental, tanto para conocer los desafíos técnicos y éticos, como para exprimirla y ofrecer al ciudadano un servicio legal "de mayor calidad". Nos lo explica Luis Gómez Villota, director del Grado en Derecho de UDIMA, donde profesionales en activo imparten seminarios sobre esta materia para todos los alumnos.

Redacción CEF.- UDIMA

  • ¿Qué papel cree que jugará la Inteligencia Artificial en la transformación de la profesión jurídica en los próximos años?

Creo que tendrá un impacto profundo en la profesión jurídica, no solo automatizando tareas repetitivas (gestión documental, búsqueda de documentación jurídica, revisión de contratos…), sino también permitiendo optimizar, en muchos casos, la toma de decisiones gracias a la predicción de tendencias de resolución de conflictos, ya sea vía jurisprudencial o convencional.

Estas cuestiones enfocarán la formación de la profesión jurídica a labores de toma de decisiones estratégicas, donde será necesaria la sensibilidad y el criterio profesional para mantener un adecuado equilibrio entre la tecnología y el juicio humano, sobre la base de la ética, la interpretación contextual y la defensa de derechos fundamentales.

  • ¿Cuáles son los principales desafíos éticos que plantea el uso de la IA en el ámbito legal?

Son muchos y alguno seguramente está sin descubrir, pero entre los más significativos y sobre los que ya se está trabajando encontramos el riesgo de sesgos algorítmicos, ya que los sistemas de IA pueden perpetuar o amplificar prejuicios existentes en los datos con los que son entrenados, lo que podría afectar la imparcialidad y justicia de las decisiones legales.

La falta de transparencia, muchos algoritmos operan como «cajas negras», dificultando entender cómo se llega a una conclusión específica, aspecto completamente necesario en el ámbito jurídico. No basta la solución, tan importante o más que ella, es la argumentación jurídica empleada para alcanzarla. Además, ha de asegurarse que la implantación de cualquier sistema de IA ni vulnera ni es susceptible de vulnerar ningún derecho fundamental. El primero que nos viene a la cabeza es el derecho a la intimida y la protección de datos.

  • ¿Considera que los abogados del futuro necesitarán competencias tecnológicas específicas para interactuar con herramientas de IA?

Absolutamente, los abogados del futuro requerirán competencias tecnológicas específicas para interactuar eficazmente con herramientas de Inteligencia Artificial (IA). En primer lugar, necesitarán comprender los fundamentos de cómo funcionan estas tecnologías, incluyendo sus capacidades y limitaciones, para poder utilizarlas de manera crítica y efectiva. Esto implica familiarizarse con conceptos básicos de ciencia de datos, aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural.

Además, los abogados deberán desarrollar habilidades para evaluar la calidad y fiabilidad de los resultados generados por la IA, así como para identificar y mitigar posibles sesgos en los algoritmos. También será esencial saber integrar estas herramientas en su práctica diaria, desde la automatización de tareas rutinarias hasta el análisis predictivo de casos.

Finalmente, la formación continua en ética digital y regulación tecnológica será crucial, ya que el uso de la IA en el ámbito legal plantea cuestiones complejas sobre privacidad, responsabilidad y transparencia. En definitiva, las competencias tecnológicas no serán opcionales, sino una parte integral de la formación y práctica jurídica en el futuro.

  • ¿Qué ventajas puede aportar la IA a la práctica de la abogacía, especialmente en áreas como la automatización de procesos o el análisis de datos?

Muchas, la automatización lleva implícita la reducción de tiempos, y ahí se puede ahorrar mucho tiempo entre otros en tareas como la revisión de contratos, búsqueda de documentación, gestión documental y la elaboración de documentos legales estándar.

En cuanto al análisis de datos, la IA puede mejorar la eficiencia en la investigación legal al analizar grandes volúmenes de jurisprudencia, legislación y doctrina en cuestión de segundos, identificando patrones y precedentes relevantes que podrían pasar desapercibidos en una revisión manual.

También pueden permitir, como ya he indicado, análisis predictivos, evaluando las probabilidades de éxito en litigios basándose en datos históricos, esto sin lugar a dudas puede suponer una gran ayuda a los abogados a tomar decisiones más informadas y a gestionar mejor las expectativas de los clientes.

Por último, y no menos importante, nos puede alertar de riesgos, derivados de la modificación de la normativa, sobre asuntos que se estén llevando. Así pues, entre las ventajas del empleo adecuado de la IA puede destacarse la eficiencia y la reducción de costes, lo que indirectamente puede redundar en la mejora de la calidad del servicio legal ofrecido.

  • ¿Cómo puede la IA ayudar a democratizar el acceso a la justicia o a mejorar la eficiencia del sistema judicial?

Sobre todo a través de dos vías:

Facilitando a los ciudadanos el acceso a información legal básica, de manera rápida, comprensible y personalizada a través de chatbots y plataformas en línea, ayudándoles a entender, en un primer acercamiento, sus derechos y opciones legales.

Y la celeridad procesal, condición sine qua non del derecho a la tutela judicial efectiva. Si automatizar tareas posibilita (y lo digo en condicional porque en ocasiones lo que faltan son jueces) que los juzgados y tribunales puedan gestionar un mayor número de casos, implicará para el ciudadano una reducción del tiempo entre el inicio del conflicto y su resolución, y con ello los costes asociados a un procedimiento judicial (sobre todo los emocionales).

  • En un sector tan tradicional como el legal, ¿cómo ve la adaptación de los despachos y profesionales a estas nuevas tecnologías?

En general gradual, y más ahora con los requisitos que han de cumplirse como consecuencia del Reglamento Europeo de IA, aunque necesariamente, para ser competitivo se va a acelerar, si bien todavía los sistemas IA han de pulir muchos flecos. La integración, por mera cuestión de recursos, está encabezada por los despachos más grandes y por aquellos despachos más pequeños que integran profesionales independientes nativos digitales a los que no les asusta el uso de las nuevas tecnologías.

  • ¿Qué consejo daría a los estudiantes de Derecho para prepararse ante el impacto de la IA en la profesión jurídica?

A los estudiantes de Derecho les aconsejaría lo siguiente para prepararse ante el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la profesión jurídica:

- Adquirir competencias digitales. Familiarízate con conceptos básicos de IA, ciencia de datos y tecnología legal (LegalTech). Esto te permitirá entender y utilizar herramientas tecnológicas de manera efectiva.

- Formación continua. Mantente actualizado con cursos y certificaciones en tecnología aplicada al derecho. Plataformas en línea y universidades ofrecen programas específicos en LegalTech y análisis de datos.

- Desarrollar pensamiento crítico. Aprende a evaluar críticamente los resultados generados por la IA, identificando posibles sesgos y limitaciones. La interpretación contextual y el juicio humano seguirán siendo esenciales.

- Fomentar la adaptabilidad. Cultiva una mentalidad abierta y flexible para adaptarte a los cambios tecnológicos rápidos. La capacidad de aprender y desaprender será crucial.

- Ética y regulación. Estudia las implicaciones éticas y legales del uso de la IA en el derecho. Comprender los marcos regulatorios y los dilemas éticos te posicionará como un profesional responsable y te evitará graves problemas de responsabilidad.

- Habilidades interpersonales. Refuerza habilidades que la IA no puede replicar fácilmente, como la negociación, la persuasión y la empatía. Estas competencias serán clave en la relación con los clientes y en la resolución de conflictos.

- Redes y colaboración. Conéctate con profesionales y comunidades que estén explorando la intersección entre derecho y tecnología. La colaboración y el networking pueden abrir nuevas oportunidades y perspectivas.

- Experiencia práctica: Busca pasantías o proyectos en despachos o empresas que utilicen IA. La experiencia práctica te dará una ventaja competitiva.

Combinar una sólida formación jurídica con competencias tecnológicas y una mentalidad adaptable te preparará para los desafíos y oportunidades que la IA traerá a la profesión legal.