La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.
La Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA (http://udima.es/), ha elaborado por noveno año consecutivo una nueva edición del informe INNOVACEF. Un estudio de periodicidad anual que pretende contribuir a mejorar el sistema español de ciencia, tecnología e innovación (SECTI) mediante el conocimiento de las perspectivas de los jóvenes investigadores que trabajan en España y las de los científicos españoles en el extranjero con respecto a los sistemas nacionales donde desarrollan su labor.
En esta edición han colaborado la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, el Colegio Oficial de Físicos, la Fundación Universidad-Empresa, la Comunidad de Científicos Españoles en Reino Unido (SRUK/CERU), la Sociedad de Científicos Españoles en la República Federal de Alemania (CERFA) y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec).
EspañaEn el INNOVACEF 2014, los jóvenes investigadores que trabajan en España han otorgado un 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les transmite el SECTI. Este valor supera en 2 décimas al valor del año anterior, pero son todavía cifras que se encuentran muy alejadas del nivel de expectativas que ofrece el conjunto de sistemas nacionales de los países en los que los científicos españoles realizan su actividad.
No obstante, este año, como dato positivo con respecto a los ofrecidos en el año anterior, uno de los indicadores que componen el índice, el de “Resultados”, ha logrado superar la barrera de unas expectativas medias. Por debajo de este nivel, aunque cercanos al mismo, se encuentran los indicadores de “Nuevos desarrollos” y “Financiación”. El resto de indicadores analizados se sitúan por debajo. Por último, y mucho más alejados del nivel de unas expectativas medias, aparecen los indicadores de “Mercados y Cooperación” y “Organización de personal”.
Españoles en el extranjeroEl grado de confianza para los científicos españoles que desarrollan su actividad en el extranjero empata en su máximo histórico con el del año 2010, situándose de nuevo en los 6,3 puntos. Esto muestra una importante brecha de 2,1 puntos con el nivel de confianza de los jóvenes investigadores que trabajan en España (4,2). Todos los indicadores superan el nivel de unas expectativas medias, situándose en primer lugar el de “Organización de personal”, seguido, en este orden, por los de “Financiación”, “Resultados”, “Mercados y Cooperación” y “Nuevos desarrollos”.
Para los científicos españoles en el extranjero, las principales diferencias entre las condiciones laborales que se ofrecen en el extranjero y en España son, por este orden: la financiación, los salarios, el reconocimiento social, la estabilidad laboral y la carrera investigadora.
Balance de la movilidad investigadoraUna gran mayoría de jóvenes investigadores que trabajan en España (73%) tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, lo que representa un descenso del 8% respecto a INNOVACEF 2013 (82%). En el otro lado de la balanza, el porcentaje de científicos españoles que podría regresar en el espacio temporal de dos años o cuando finalice su actual relación laboral disminuye al 14%, lo que supone también una reducción en comparación con el informe anterior que era del 20%.
Todos estos datos continúan revelando un balance negativo de movilidad investigadora para España. Si a estas cifras añadimos las del Proyecto IBGE (Aceituno Aceituno, Romero Martínez, Víctor Ponce y García Núñez, 2014)1, que muestran un reducido nivel de colaboración de las instituciones científicas nacionales con los científicos españoles en el exterior, resulta bastante probable que no se esté aprovechando su conocimiento, ni sentando unas bases sólidas para procurar su regreso. “Por ello, cooperar con ellos, supondría una gran innovación para el SECTI y permitiría profundizar en una reforma de la que no se habla, y que es tan importante como cualquiera de las que se han realizado hasta el momento: la mejora de la capacidad innovadora del tejido productivo y empresarial español. La posible recuperación de la economía española debe cimentarse en la creación de proyectos empresariales sólidos que aporten un valor añadido con el que competir en los mercados nacionales e internacionales y que además permitan crear puestos de trabajo estables”, asegura Pedro Aceituno, profesor del grado de ADE de la UDIMA e investigador principal del informe INNOVACEF 2014. Este mayor valor añadido puede ser proporcionado en una parte muy importante desde la ciencia y, muy especialmente, por dos de sus principales agentes de cambio, como son los jóvenes investigadores y los científicos españoles en el exterior.
Por segundo año consecutivo, el informe ofrece datos en relación con los principales factores de motivación científica (Tabla I del Anexo). Existen tres opciones que destacan especialmente sobre el resto: la mejora de su carrera científica, el crecimiento de sus capacidades científicas y la consecución de mejoras en aspectos sociales o medioambientales. “Estas opciones marcan los aspectos sobre los que tienen que incidir los agentes del sistema nacional de I+D+i para atraer hacia su organización a los colectivos encuestados”, señala Aceituno.
Principales resultados de la encuesta (entendiéndose ES como los jóvenes investigadores que trabajan en España y EX como los científicos españoles en el exterior):
INNOVACEF 2014 se ha realizado sobre una muestra de 287 científicos, divididos en 183 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España y 104 científicos españoles que desarrollan su labor en el exterior.